Temporada 1: [Capítulo 20]

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Anteriormente en: Mi esvástica

Italia paso primero, muy emocionado por la arquitectura clásica japonesa. Paso corriendo casi como un niño y yo negando con la cabeza, iba detrás de él. Pero la mano tibia del nipón me sujeto y suavemente se acercó a mi de una forma casi sutil. Me dedicó una mirada con sus ojos castaños y me sobresalte cuando de una forma muy delicada, beso el dorso de mi mano.

—Der Geschmack ist ganz mein, mein Führer. (El gusto es todo mío, mein Führer)



[...]

En el vestíbulo de un Japones, se encontraba un alemán intentando mantener una plática sin que el italiano interrumpiese. Reich, buscaba profundizar su relación con aquel Imperio Japones, sabia bien que de entre sus dos aliados, debía tener un brazo derecho; sin duda, ese sería el asiático.

—¡Imperio, todo aquí es muy hermoso!, ¿siempre adornan así?.—pregunto un fascista mientras tomaba una taza de té.

—Si, más si son ocasiones especiales...

El nipón había respondido sonriendo para Italia, pero sus ojos se desviaron unos segundos a Reich. Que solo recibió como respuesta una mirada de reproche. Lamentablemente el nacionalsocialista no buscaba una relación romántica, solo una diplomática - política. Se la están poniendo difícil.

—Bueno, dejando de lado las decoraciones, Italia.—murmuró el alemán ya algo cansado de ese tema.— necesitamos enfocarnos en nuestras estrategias, Imperio.

—Pero a mi me gusto mucho el lugar, merece ser apreciado...—murmuro Italia algo apenado.

—Italia Fascista, por favor.—gruñó Reich haciendo callar al italiano y después dirigió su mirada al japonés enfrente de el.— Sabemos bien que tienes una enemistad con el norte americano.

El nipón dejó su taza de té y su semblante cambió drásticamente. A Italia le dio escalofríos y a Reich le gusto, eso es lo que buscaba el, un aliado útil; esa mirada despiadada era lo que quería.

—Y yo sé que tú también tienes una enemistad con el soviético.—Italia tapó su boca como signo de impresión, pues no sabía ese dato. Reich se ahorró una mueca de disgusto.— Compartimos enemistades, mein Führer, ya veo por donde quieres llegar.

—Bien, tú encárgate de Estados Unidos y yo del Soviético.—Reich sonrío sabiendo que tenía un as bajo la manga.— A mi lado, expandirás tus fronteras, Imperio.

— ¿Y yo que haré?.—pregunto Italia mientras se llevaba a la boca un bocadillo. Ambos individuos lo quedaron viendo; el nipón dibujo una leve sonrisa y Reich lo miró incrédulo. Sabia que el italiano era joven e inexperto, pero no creyó que fuese tanto.— ¿Que?

—Italia...—susurró reich mientras se masajeaba la cíen.— ¿Podrías recordarme que edad tienes?

—Tengo 20 años.—dijo el italiano muy orgulloso de ser el más joven y de paso, el más bello, del trío.— ¿Me veo más joven, verdad?

—Mira Italia, eres joven, pero tú nación tiene mucha historia, ¿no hay algo que quieras recuperar?.—pregunto Reich intentando que el fascista tomara algo de seriedad al asunto.— Ya que en esta guerra todos tenemos un objetivo.

El italiano se puso notablemente serio. Algo que sorprendió a Reich. Pareciera que el tricolor estaba recortando algo que realmente me afectaba. Los tres se quedaron en silencio en espera de su respuesta.

—Quiero recuperar la grandeza del Imperio Romano.—tanto como él alemán y nipón vieron sorprendidos a Italia, ya que eso fue hace mucho tiempo.— y ya se a quienes invadir para recuperarlo.

Mi esvástica: [LIBRO #1- TERMINADO]Where stories live. Discover now