Temporada 2: [Capítulo 10]

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Anteriormente en: Mi esvástica

Pocas veces en su vida Third Reich sé sintió completamente intimidado por alguien más. Pocos aquellos que lograron asustar a este alemán, pero sin duda, el alto de la hoz y el martillo lo había logrado solo con una imagen.









Third Reich había palidecido ante aquella imagen del soviético. Su cuerpo no reaccionaba, quería hablar, quería decirle que él había hecho un gran trabajo en torturar a Polonia y Checoslovaquia, quería aparentar que no se sentía asustado; pero no podía.

Sus piernas flaquearon y sentía como su cuerpo se hacía muy pesado, ya no podía mantenerse en pie. El del parche con una hoz y martillo noto el abrupto cambio de facciones en el nazista, rápidamente se dio cuenta que había asustado el pequeño de esvástica.

— ¿Reich?—cuestionó mientras ablandaba un poco sus facciones, pero no obtuvo respuesta. El rostro contrario seguía pálido. Se acercó un paso más a él y el pequeño cuerpo del alemán cedió, desplomándose en el suelo.— ¡Reich!

Rápidamente lo tomó entre sus brazos antes de que impactará contra el suelo. Tomó sus mejillas con su gran mano y sacudía su rostro para ver alguna reacción, pero nada. Third Reich estaba completamente desmayado. Urss suspiro, no esperaba que él fascista se asustara de esa forma, estamos hablando del líder de Alemania, el gran dictador, de Mein Führer, creía que él estaba acostumbrado a estas escenas.

Apagó su habano, lamentándose por que apenas y lo había encendido, era un desperdicio. Cargo el pequeño y esbelto cuerpo del alemán de manera nupcial y se dirigió hacia la salida, recorriendo el largo pasillo de aquella prision. Varios soldados alemanes se acercaron preocupados por el estado de salud de su líder. Casi le impedían llevárselo, pero solo bastó unas cuentas órdenes en alemán, ya que Urss entendía ese idioma a la perfección, y una mirada despiadada para que lograra llevarse consigo a Reich.

Saliendo de ahí, subió a su coche particular, acomodándolo en el asiento del copiloto. Desde su asiento de conductor le grito a sus soldados para que movieran los tanques en dirección al frente Este de Polonia, en donde ya tenían un pequeño campamento instalado.

[...]

El cielo era de un azul perfecto. Las rosas del jardín estaban en su punto y me sentía feliz mientras me encontraba tumbado boca abajo en el suelo, viendo una casita de hormigas. ¿Como es que ellas sabían cuál era su trabajo?

Unas están recogiendo comida, otras parecieran cuidar el hogar como si fuesen soldados y otras recibían lo que se recolectaba. Miraba como algunas se detenían y se agrupaban. Pareciera que estuvieran platicando entre ellas.

—Gyermekem, hol vagy? —de nuevo, esa dulce voz llamándome.

— ¡[****]! —le respondí emocionado, aún si quiera sin saber quien es el. Corrí a sus brazos y me cargó contra su pecho.— ¡[****]! , ¿donde esta Vater?

—Está trabajando, mi amor .—él acarició mi rostro con sus suaves manos y yo froté mi mejilla contra estas. Su tacto eran dulce... se sentía tan bien.— Pero adivina quien regresó de su viaje...

— ¿Ist mein Bruder zurückgekommen? —pregunte, con gran emoción en mi voz.

— Si mi amor, está en la sala. Te está esperando —me dijo sonriendo. Y me bajo de sus brazos.— Ve a verlo.

¿Que es esta sensación? Es como estar en un sueño y verte en tercera persona, verte y sentir algo que parece ser solo fantasía, que parece ser solo producto de la imaginación o que pareciera ser un... recuerdo.

Mi esvástica: [LIBRO #1- TERMINADO]Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon