Temporada 2: [Capítulo 4]

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Anteriormente en: Mi esvástica

—¡Soviet!.—giró a ver al pequeño Nazi frente a sus ojos.— ¿Que rayos te pasa? Llevas minutos viendo a la ventana.

—Si, es que estaba pensando en algo muy importante.—soltó de golpe todo el humo que retenía de su cigarrillo y sonriendo dijo.— Te invito a cenar esta noche.




POV. REICH

Mientras me ponía el abrigo más grueso que tenía, le indicaba a Berlín que hacer para antes de la media noche; pronto pondré en marcha el primer paso para la gran conquista que planeo para toda Europa, muy pronto tendré a todos en mis manos.

—Mañana a la primera hora del día tengo reunión con Italia Fascista e Imperio japonés, informa a toda las tropas los puntos estratégicos que te marque en el mapa y dile a mi jefe de estado mayor que se prepare para la invasión.

—Si, mein Führer.—mire como Berlín recogía los planos de la estraga, pero en su rostro pude ver algo de... ¿angustia? eso es raro de él.— ¿A donde saldrá, señor Reich..?

—A una cena.—acomode la insignia de mi padre y me puse mis guantes negros, mire de reojo como Berlín se exaltó.— Estas muy raro desde que salí para hablar con el jefe de mi fuerza militar.

—No es nada, señor Reich.—de nuevo, veo una sonrisa decaída en su rostro.— ¿Ya tiene usted la fecha para el Plan Blanco?

—Primero de Septiembre. Primera hora del día.—mire como lo anotaba en el mapa y antes de irme le dije.— Berlín... ¿durante cuantos años has servido para mi familia?

El se quedó en silencio unos segundos.

—Desde la época de su bisabuelo, del Gran Prusia, mein Führer...

—Ya veo... haz lo que te ordene, todo debe quedar listo antes de la media noche.

—Si, señor Reich.

Sin más salí de la habitación y me quede unos segundos recargando mi espalda contra la puerta. De repente de sentí agitado, como si algo estuviera mal, terriblemente mal. ¿Que es esta sensación en mi pecho..?

Cuando recupere la compostura, salí de mi hogar. Sentí de golpe el aire nocturno acariciar mi rostro y mirando al cielo solté un suspiro; ¿Por que acepté esta cena con Urss..? Siento que si sigo así, terminaré cediendo una vez más ante mis sentimientos hacia el. ¿Este es el precio de mi venganza? Perder al hombre que amo.

El sonido del motor de un choche me saco de mis pensamientos. Y así era, un coche reluciente de negro cromo se estacionó frente a mi, de este bajo Urss con una gran sonrisa; de las pocas veces que él tenía esa expresión en su rostro, esta es una de las más hermosas...

El se acercó a mi y me extendió su mano, dude si en aceptar, pero al final cedí. Su tacto era gentil con mi piel, él era dulce para tocarme y con esa misma expresión en su rostro, acercó el dorso de mi mano a sus labios para depositar un beso.

—¿Aún sigues amando este gesto, Third Reich?—ese tono de voz, es ronco e insinuante.— ¿O acaso un dictador no tiene el derecho a emocionarse?

—Un dictador tiene derecho a todo. Pero tú no lo tienes, no te emociones, soviet...

Ambos nos sonreímos y me abrió la puerta de su choche para entrar en el asiento de copiloto. Ya dentro, Urss arranca para ir directo al restaurante de la cena. Pero un duda quedó resonando en mi mente.

Mi esvástica: [LIBRO #1- TERMINADO]Where stories live. Discover now