Temporada 2: [Capítulo 27]

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Anteriormente en: "Mi esvástica"

Aquel sujeto caminó hasta la camilla en donde estaba recostado su padre. Se quitó los lentes negros de marca que protegían sus ojos azul rey y soltó un suspiro al ver estado tan deplorable de su progenitor.

—Son...

—Hello... father.









Third Reich estaba en el jardín de su casa, sentado en el pasto viendo como sus hijos de apenas casi dos años jugaban con su tío Berlín. La brisa era fresca y suave, suspiro con un nudo en la garganta, esto le traía amargos recuerdos al subconsciente.

Traía puesta una camisa blanca casual con pantalones negros, era de las pocas horas que podía pasar junto a sus gemelos y no los tiraría a la basura generando malos recuerdos como su padre Second hizo con el. Aún que para ser sinceros, la esvástica ya no culpaba a su progenitor por todas las cosas que le hizo, " aún que yo no habría hecho mismo " , pensó para si mismo, aún así, no era quien para juzgar.

—¡VATER!

El alemán salió de su trance al ver a sus retoños frente a sus ojos. Les sonrío y extendió sus brazos para envolverlos con ellos, los pequeñines reían por las costillas que le causaban los besos de su padre sobre sus mejillas.

—¿Que pasa, mis pequeños tiburoncitos? —los infantes habían heredado su dentadura filosa.

— ¡Queremos pintar, Vater! —dijo muy feliz A. Federal

—¡Y después hacer galletas, Vati! —apoyó A. Democrática.

—Está bien, mis niños. Todo lo que ustedes quieran hacer. —les dio un último beso y antes de ponerse de pie para ir por los utensilios de arte, Berlín se ofreció para él labor — ¿Iras tu?

—Si, pequeño Reich. En un momento vuelvo.

Le agradeció con la sonrisa y se quedó sobre el pasto aún con sus retoños en brazos. Al final los tres se acostaron mientras miraban el cielo azul. Los pequeñines si que eran felices, su padre era el hombre más amoroso que jamás habían conocido en sus vidas y su tío era quien siempre estaba ahí si Reich faltaba. Lo tenían todo, no podían pedir nada más.

—¡Vati, Vati, esa nube parecer una flor! —exclamó con emoción el pequeño Democrática.

—Ohh, es cierto, mi niño. —señaló a otra con su dedo índice— y esa de ahí parece un perrito.

—Yo digo que parece una tortuga —opinó el gemelo mayor, Federal .— Vater, ¡mira esa! , parece un pájaro.

—Tienes razón, pequeño. Se ve como si una paloma...

Y así se quedaron unos minutos más. El líder alemán atrajo los pequeños cuerpos de sus hijos a su pecho y besó sus cabecitas. Acaricio el rizado cabello rubio del pequeño Alemania democrática ["Es idéntico a Urss"] pensó. Y después la melena lacia azabache del mayor, Alemania federal.

Los pequeños gemelos miraron los ojos carmín de su padre y acariciaron su mejilla al mismo tiempo. Reich sonrío con los ojos cristalinos.

—Vater, ¿por que nosotros no tenemos ojos rojos como tú?

—Es cierto Vati, son muy bonitos.

— ... no lo sé, mis niños. —mintió el alemán, vaya que sabía la respuesta— pero tus ojos, mi pequeño Federal, son preciosos. Son como una piedra de jade, corazón.

El pequeño sonrío y se frotó contra el pecho de su padre, aferrando sus pequeñas manos a la prenda blanca que portaba. Lo miro con sus grandes ojos turquesa mientras sonreía.

Mi esvástica: [LIBRO #1- TERMINADO]Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin