Temporada 2: [Capítulo 9]

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Anteriormente en: Mi esvástica.

—Reich... nunca creí que...—se quedó en silencio, quizás estaba pensando en mejores palabras.— gracias por... contármelo.

Yo le sonreí y él me abrazó con fuerza.

—Jamás permitiré que alguien vuelva a lastimarte de ese modo.

—Gracias...







POV. REICH

El camino de regreso fue tranquilo. Platicaba con Urss de uno que otro tema y a veces no era necesario hablar para sentirme cómodo en silencio. Quizás... solo necesitaba sincerarme un poco, ¿acaso el peso emocional puede generar malestares físicos? eso explicaría muchas cosas para mi.

Me quede mirando por la ventana mientras el sovietico a mi lado conducía, después de unos minutos, lo quede viendo sin decir una palabra. Él estaba manejando al volante con su mano derecha mientras que con la izquierda sostenía un cigarrillo el cual calaba de vez en cuando; tenía el codo recargado en el margen de la ventanilla de tal formal que su mano quedaba fuera y todo el humo se dispersaba en el aire.

Ahora que me percato, él es ambidiestro. Siempre puede usar perfectamente ambas manos para cualquier actividad, incluso creo que lo he visto escribir algunas veces con la mano izquierda.

Él miraba al camino, con una tenebrosa expresión de seriedad. Pocas veces sonreía, solo cuando él estaba conmigo y sus hijos, nunca he visto que su rostro tenga expresión cuando está rodeado de otras personas. Rápidamente él me vio de reojo y yo me exalté. Me había descubierto viéndolo. Mire a otro lado.

—¿Acaso te gusta lo que ves, pequeño Reich? —ya me había hecho esa pregunta antes...

—Ya no soy pequeño.

—Entonces si te gusta lo que ves.—afirmó él y yo lo vi molesto.— antes de que me cambies de tema, Reich, quiero que me informes más de cómo va tu situación con Polonia.—calo el cigarrillo.— mi ejército ya capturó el lado este y cerramos sus fronteras. El país está rodeado.

—Aún que tengamos su país capturado, es una maldita mula. No cede ante las torturas, llora y llora que hará lo que sea, pero al final se niega. Pienso que debería matarlo, no me parece útil.

—¿Solo quieres que trabaje para ti?—cuestionó Urss, viéndome por unos segundos.

—Claro, está de más recalcar que también quiero que obedezca todas mis órdenes.

El se quedó en silencio meditando, mientras retenía el humo en su boca. Lo soltó en un pesado suspiro y al final me sonrió mientras regresaba su mirada al camino.

—Yo me encargaré.

—¿Acaso crees que tú lograrás algo que yo no pude? Lo dudo, mejor lo mato y me quito un estorbo.

Yo me encargaré, dije. — recalcó haciendo énfasis en su voz y yo me atragante con mis palabras cuando lo escuche hablar con ese tono.

—Bien. —dije de mala gana. Estoy seguro que no será capaz de hacerlo.

Al final, regresamos de nuevo a mi base militar ubicada en Berlín. Urss y yo nos quedamos un rato más para discutir las estrategias futuras y me ayudo en idearme formas de como reagrupar las tropas de mi ejército para la próxima invasión a Francia. El sol se ocultó, todo el día se nos había ido platicando. Mire a través de la ventana como se aproximaba el atardecer y me estiré sobre la silla que estaba sentado.

Sentía mi cuerpo cansado y mis pies están dolorosamente hinchados. Además me sentía agotado. De repente sentí la presencia del sovietico detrás mío. Tenía en sus manos un manojo de documentos que eran para mi.

Mi esvástica: [LIBRO #1- TERMINADO]Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin