Temporada 2: [Capítulo 19]

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Anteriormente en: Mi esvástica

Después de tantos años, aún conserva esa esencia. Olía tan bien, tan cálido, fuerte... me siento protegido bajo su tacto, por favor no me sueltes Urss, incluso si pierdo la cabeza... no quiero perderte a ti.

—Danke...







[*Escuchen la pieza musical que deje en la cabecera del capítulo. Les gustara ❤️]


El soviético tomó el mentón del pequeño con esvástica y lo alzó para poder ver sus llorosos rojos ojos. Siempre le cautivo ese color rubí, hacían un contraste hermoso con su color azul cielo. Le seco sus lagrimas con el pulgar para al final inclinarse y besar su frente.

"El es mucho más dulce de lo que aparenta ser..." pensó Urss totalmente conmovido ante la imagen de aquel rostro sonrojada del alemán. Tomó su mano para ambos acercase a la puerta, sacó un llavero pesado del bolsillo y lo metió en el picaporte.

El olor de la madera recién cortada, pintada y barnizada era delicioso. Reich aspiro profundamente mientras cerraba los ojos, su acompañante lo miraba con una sonrisa en sus labios, le indicó con su cabeza que podía pasar para explorar todo el lugar.

Camino hasta el centro de la sala y vio cada hermoso rincón, era sin dudas como una puerta al pasado, detalles hermosos en roble, linternas de petróleo que alumbraban el techo y en las paredes habían unos cuantos cuadros con fotos en donde estaban ellos dos. El alemán se acercó para observarlos.

—¡Estas fotos, Urss! —mencionó emocionado— son las que nos tomamos en el campamento... creí que ya no las tenias. Wow, esta es la primera foto que tuvimos juntos...

Acaricio delicadamente el cristal del marco y delineó con lentitud el rostro del ruso de la foto. Le parecía sorprende como habían pasado ya tantos años.

—Sabes que fui criado a la antigua y soy conservador, Reich. No voy a tirar nada de lo que hemos construido juntos. —se cruzó de brazos mientras se recargaba en el marco de la puerta.— ¿te gustó?

—Si... me trae buenos recuerdos —se giró para verlo y le regalo una leve sonrisa que se vio muy tierna ante los ojos de aquel ruso— nunca creí tener la oportunidad de encontrar un lugar donde pudiera sentirme... feliz.

Reich acaricio su brazo sintiéndose algo vulnerable, nervioso, casi intimidado. No tanto por la presencia del soviético, sino por que por primera vez en años es que lograba sincerarse tan fácilmente. Él había llegado a un punto en donde ya no podía seguir engañándose o al menos no con Urss. Quería confiar de nuevo en el.

El contrario se acercó a él y acarició su mejilla con la espera piel de sus manos, el lider alemán lo vio con ojos llenos de un brillo impaciente. Tomando como pocas veces la iniciativa, se paró de puntitas y enrolló sus brazos alrededor del cuello del más alto.

—Aún falta tanto camino por recorrer, Reich . —posó una mano sobre su cintura y otra acomodó un mechón detrás de la oreja de la pequeña esvástica.— Permíteme recorrerlo a tu lado.

Se vieron unos instantes en silencio, sin la necesidad de hablar. Lentamente se acercaron, sintiendo la cálida respiración del otro y antes de ceder ante su deseo, los ojos carmín lo vieron de una forma tan suplicante junto con un suspiro que dejaba escuchar un: "Si..." como respuesta a su plegaria.

Ambos cerraron los ojos disfrutando de aquel añorado tacto, de ese deseado beso, ¿cuando tiempo había pasado ya? Que sus cuerpos estaban desesperados por sentir el tacto ajeno de sus manos.

Las caricias en el cabello rizado y rubio del soviético hacia que él sintiera escalofríos en toda su espalda, adoraba sentir esas suaves manos sobre el. Pegó sus manos a la fina espalda del alemán solo para atraerlo más a su cuerpo, sintiéndose casi desesperado por no querer dejarlo ir de nuevo.

Mi esvástica: [LIBRO #1- TERMINADO]Where stories live. Discover now