Temporada 3: [Capítulo 8]

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Anteriormente en: Mi esvástica

El comunista no podía creer lo que veía, ¿estaba el alemán discutiendo consigo mismo? , sus expresiones fáciles cambiaban dependiendo qué papel tomaba en la conversación con su propia persona e incluso su tono de voz era diferente. Pero no pudo quedarse con los brazos cruzados cuando la esvástica se agachó, tomó un pedazo de cristal del suelo y la colocó en su yugular.

—Nos vemos en el infierno, Mein Führer.

—¡REICH, NO!













Enero de 1913
Alemania, al sur de Múnich.

El austro—húngaro disfrutaba de la brisa nocturna desde el jardín de aquel palacio que es su hogar. Sus niños y esposo dormían tranquilos en sus habitaciones, pero su caso era todo lo contrario, una angustia enorme le comía el estómago.

Suspiro mirando a la luna, cuestionándose a sí mismo lo que debía hacer; ¿ceder? , ¿darle a Serbia esos territorios? , era la tierra que su padre le había heredado, lo que tanto le había costado conseguir , era lo poco que le quedaba de él.

—Hungry , ¿no puedes dormir?

El mencionado dio un respingo asustado, estaba tan concentrado en sus pensamientos que no había notado la presencia del hombre que había criado a su esposo.

—¡Berlín, casi me matas del susto! —murmuró mientras acariciaba un mechón dorado de su cabello, síndrome de su tic nervioso — no me hagas eso, por favor.

—Lo siento, no buscaba asustarte. —se disculpó algo apenado.

—... y si, no puedo dormir —susurro para ver de nuevo a la luna— no sé qué hacer...

—Si lo deseas, puedo escucharte —dijo amable con una sonrisa en sus labios— no solo soy el tío de Second, también soy su consejero.

Los ojos turquesas vieron con pena a su acompañante, sonrió sintiéndose un poco mejor cuando él alemán mayor cubrió sus hombros desnudos con una frazada. Con la mano le sugirió tomar asiento en una silla de las mesitas de campo.

—Serbia... me ha amenazado desde hace meses por los territorios que estoy anexando a mi imperio. —soltó por fin, dejando mostrar un rostro angustiado— Me dijo que me asesinaría si no cedo esas tierras... pero son de mi padre, ¡El me las heredo! , son de las pocas cosas que me quedan de él, Berlín... le costaron casi toda su vida conseguirlos, ¿que se supone que debería hacer?

—Esto es serio, Hungry. Lo primero que debiste haber hecho es contarle de esto a Second y...—

—¡No! —las lagrimas comenzaban a formarse en sus ojos— Second es capaz de armar una guerra por mi, tenemos hijos pequeños, el imperio esta creciendo y estamos formando alianzas, no quiero causar un conflicto así de grande ...

—¿Y que harás? —la mirada topacio se oscureció en la sombra nocturna, incluso intimidó un poco al húngaro que tenía frente a él— ¿esperar a que el serbio te asesine?

No pudo contenerse y rompió en llanto, puso sus manos sobre su rostro para ahogar sus sollozos. La mano derecha de mein káiser se alarmó por eso, había olvidado que no debía ser tan rudo con alguien como él, por que realmente solo Second conocía su verdadero rostro.

—Me disculpó Hungry, no quise decir eso... —susurró mientras tomaba su mano derecha y la acariciaba buscando calmarlo— hay más opciones, pero sin duda debes contárselo a tu esposo. Él es un imperio como tú, juntos sabrán qué hacer.

Mi esvástica: [LIBRO #1- TERMINADO]Where stories live. Discover now