Temporada 3: [Capítulo 9]

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Anteriormente en: Mi esvástica

La esvástica le sonrió unos segundo manteniéndose estático, disfrutando de esa expresión en el rostro de su amando. Poco después, le extendió los brazos, llamándole por tenerlo, deseoso por sentirlo.

—Ven conmigo, Urss....










Una última vez : Mi deseo es...

Salió de su trance al escuchar su dulce voz llamándole, acercándose dejándose caer sobre el cuerpo del nacionalsocialista. Acarició el pasto con sus gruesas manos, subiendo lentamente por los brazos desnudos, rozándole los hombros finos hasta llegar a su rostro en donde contempló aquella esvástica en su centro.

—Mi dulce esvástica —musitó siendo presa del deseo— eres tan hermoso...

El alemán posó sus extremidades sobre la Ushaka del hombre, quitándosela dejándola sobre la llanura. Enredo sus dedos en sus mechones rubios, descendiendo lentamente por sus hombro donde logró llegar a su pecho en donde fue sutil para meterse bajo los espacios de su camisa. Le sonrió.

—Soy solo tuyo, Soviet...

Se disfrutaron con la mirada, la tentación de ver el rostro desnudo del comunista invadió al dictador. Su amante, dándose cuenta de eso, le asintió con la cabeza en señal de tener su permiso; suavemente con sus manos delgadas logró retirar el parche de cuero, dejando ver ese ojo herido.

Froto con sus nudillos el pómulo herido, delineó las marcas que cortaban su párpado hasta su ceja izquierda. Fijó sus ojos rubí en el azul cielo de su ruso, se perdió viendo esas pupilas dilatadas y sonrió de una forma tan dulce que cautivó al hombre que estaba sobre el.

Sostuvieron miradas unos segundos, se acercaron lentamente y cerraron sus ojos disfrutando del dulce tacto de sus labios. Urss reclamó como suyo el pequeño cuerpo que tenía bajo el, delineó su cintura con sus manos hasta llegar a sus muslos en donde apretó, explotando el terreno que había tomado una infinidad de veces.

Dieron vuelta sobre el pasto fresco, dejado montado al alemán sobre su pelvis. Third le sonrió con lujuria cuando se frotó contra él el bulto que había bajo la tela del pantalón contrario, puso sus manos sobre él fornido pecho para buscar una zona de apoyo, el mayor sonrió con los ojos oscurecidos.

Posó sus palmas sobre las caderas anchas que estaban de piernas abiertas sobre el, lo miraba con deseo, con hambre, comiéndoselo, no estaba tan lejos de parecer un animal salvaje teniendo a la vista su dulce presa que deseaba devorar. El dictador, buscando llevarlo hasta su límite, comenzó un roce caliente contra el miembro erecto, moviendo sus caderas en un vaivén lento.

Obtuvo un gruñido ronco en respuesta, comenzando a perder el control, enterró sus dedos sobre la piel cubierta por la tela para marcar el ritmo que deseaba. Se inclinó frente a él para besarle la mejilla, bajando sus labios hasta el cuello sensible dejando un chupón que más tarde quedaría marcado sobre su piel llegando hasta la clavícula parcialmente desnuda por los pocos bonotes abiertos de la camisa.

—U-Urss... —tiró la cabeza hacia atrás para darle mayor acceso a su punto débil — no te detengas... por favor...

—Jamás —le respondió con la voz pesada.

Aspiro profundamente el delicioso aroma del alemán; tan dulce, pensó. La fragancia de jazmín se desprendía de sus poros, siempre amó esa esencia natural de su piel. Cambio el lugar de sus manos para quitarle esa camisa de sus delgados hombros, dejándolo desnudo del torso.

La esvástica lo observó con los ojos lagrimosos y con malicia, acarició con sus palmas desde sus muslos hasta su estrecha cintura, subiendo lentamente por los costados de su pecho, rozando sus pequeños pezones rosas hasta llegar a su cuello en donde alzó sus brazos para ocultar sus dedos detrás de su cabeza.

Mi esvástica: [LIBRO #1- TERMINADO]Where stories live. Discover now