Temporada 2: [Capítulo 23]

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Anteriormente en : Mi esvástica

Sonreí con lagrimas en mis ojos que oculté al enterrar mi rostro en el hueco de su cuello. Nos quedamos en silencio, yo escuchando los latidos de su corazón y el mi respiración. Cerré los párpados con una pequeña sonrisa en mis labios.

Gracias por todo... Urss.











Se abrazaron con cariño cuando lograron llegar a la cama matrimonial de la cabaña. Usaron las mantas para protegerse de la fría noche, por la ventana veían caer pequeños copos de nieve. Que noche tan helada.

Third se frotó contra su pecho, lo miro con cariño y suspiró su nombre. Levantaron sus manos para entrelazar sus dedos, compartieron una mirada nostálgica, eran felices a pesar de todo lo que sufrieron, eran felices juntos y si se tenían el uno al otro, ¿que más podían pedir?

Eso es lo que pensaba completamente el ruso, el alemán lo pensaba a medias, por que él sí tenía muchas cosas que desear en su vida. Pero en esos momentos, sentía que se estaba resignando a vivir como siempre quiso a un lado de Urss, jamás obtendría esa vida feliz que soñó. Ya lo había perdido todo.

Se acurrucó de costado frente al soviético, este jugaba con los mechones azabaches de su cabello, mirando con anhelo sus ojos carmín. El de esvástica estaba con los ojos cristalinos.

—Si muriera, ¿me extrañarías... Urss?

—Sabes que si, te extraño incluso estando vivo por qué no estás conmigo.

— ... ¿me odiaras si yo... si yo...

No logró terminar la frase, pero su compañero entendió totalmente; " ... me suicido?". Acarició con suavidad su mejilla, limpiando la pequeña lágrima que se le resbaló al líder alemán de su ojo derecho.

—A ti no te odiaría.

—¿Entonces a quien..?

— A mi mismo, por no lograr detenerte.

De nuevo en silencio. Se acurrucaron consolándose con besos, palabras dulces ya sean en ruso o en alemán y caricias tiernas. Reich cerró sus ojos mientras escuchaba los latidos del hombre que amaba.

—No importa que me digas, no me importa que me hagas, nunca lograrás separarme de ti y juntos ganaremos esta guerra... Reich.

—¡MEIN FÜHRER!

Third reich abrió los ojos pasmado, miro a su alrededor sintiéndose totalmente ensimismado. Estaba en la oficina de estrategias centrales en Berlín, en su oficina principal, con la sala llena de sus soldados y generales de las tropas que atacaban al frente de la guerra.

Jadeo aterrado dando un paso atrás, los ojos de sus subordinaron lo vieron con dudas. ¿Que le pasaba a su líder? Se le miraba pálido, mein führer miro a su costado derecho en donde Berlín estaba de pie con las manos curadas detrás de la espalda. Lo miro en silencio con esos ojos amarillos que se notaban preocupados.

Luego su lado izquierdo y frunció los labios en una mueca al ver a Imperio Japones e Italia fascista. Sus piernas temblaron. No entendía que hacía ahí, como llegó a ese lugar, por que todos lo observaban, qué día era ese, qué hora es... no recuerda nada.

—¡Mein führer, seguimos esperando sus órdenes! —habló fuerte y claro su general del frente occidental.

El negó con la cabeza, retrocediendo lentamente hasta que su espalda chocó con la pared. Puso sus manos en su rostro y enterró sus uñas sobre su piel. Antes de que su mano derecha pudiera meter mano en la situación, el alemán tomó el escritorio frente a él y alzándolo lo aventó contra la pared, destrozándolo en el acto.

Mi esvástica: [LIBRO #1- TERMINADO]Where stories live. Discover now