51 - Límites

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¡Hola, amores! 

¿Qué tal pasaron San Valentín? Espero que lleno de amor como se merecen cada día. A mí me encantó conocer sus escenas favoritas de LHDMN en IG y poder compartirlas con el resto del mundo. Gracias por haber participado.

Ahora, concluyamos la semana con este encuentro entre Ana y Aiko.

¡Un besote!

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Límites

ANA

Por un instante, viajo al pasado y revivo el terror que Aiko inyectó en mis venas cuando me amenazó con destruir a todos los que amo. ¿Hemos retrocedido al comienzo? ¿De verdad no ha surgido ni un pequeño vínculo entre nosotras en todo este tiempo? ¿Y qué le pudo haber contado Laura como para que quiera comparar nuestras versiones de los hechos? Quizás solo está jugando a la psicópata que me pone a prueba y todo esto sea un farol que forma parte de su circo para intimidarme. Aun así, mediré mis palabras por precaución, ya que sé que Aiko es capaz de llegar tan lejos como se lo proponga.

—¡Ja, ja! ¿Un contacto en los suburbios de Internet? ¿Pretendes que me lo crea? ¿Y qué tenía el té? ¿Un suero de la verdad?

—Soy inteligente, Ana, pero tengo límites humanos como el de no disponer de tiempo infinito ni de la capacidad de retener el vasto océano de conocimiento del universo en mi cerebro. Sé lo justo de informática para atacar, defenderme y detectar un engaño, pero no domino la programación, entre otras cosas, y ahí es donde mi contacto juega un papel fundamental. Esa persona editó el vídeo de Catalina y le insertó un virus para que no se pudiera cerrar durante su reproducción, además de congelar el resto de funciones de un ordenador. —Por la naturalidad con que Aiko me revela la información, mis dudas sobre si se trataba de un farol se disipan—. Me halaga que pienses que soy apta para todo, pero, como ves, los peones son necesarios para que hagan cosas por ti. Ah, y no te he puesto ningún "suero de la verdad" en el té. No consideré que tuviera que recurrir a ello porque confío en que contarás la verdad, aunque ya veremos si es la verdad que te beneficia a ti, a mí o a los tuyos. —Aiko exhibe una sonrisa que se torna siniestra.

—Vaya... —Trago saliva—. Pronto te graduarás como agente secreto o algo por el estilo. A ver, lo que no entiendo es por qué quieres escuchar mi versión cuando Laura ya te contó lo que pasó y dispones de los medios para averiguarlo. ¿No le crees a tu adorada "Moon"? —Me pregunto qué le habrá contado la pequeña psicópata—. Cuesta creerles a las mentirosas, ¿verdad? ¡Qué bien hiciste en librarme de ese mal! Debí darme cuenta antes de que me estabas haciendo un favor.

—Es cierto, Laura es una mentirosa —afirma Aiko rotundamente—, pero confío en ella y conozco los límites de sus mentiras. A diferencia de ella, no confío en ti. Todas las fantasías mentales que te has creado sobre que tú y yo estamos más unidas son solo eso, fantasías, alucinaciones. Nada nos une. Te trato como podría tratar a cualquiera con quien haya pactado algo. Como tal, si violas nuestro acuerdo, la dulce ilusión se desvanecerá y te darás cuenta de que siempre has estado en el núcleo del infierno. Solo tengo que chasquear los dedos para que los demonios se desaten y arrastren a tus seres queridos a lo más profundo del abismo. —La frialdad de sus palabras pronunciadas con una perturbadora calma llegan a estremecerme. Hasta cierto punto, también me decepciona que se escude detrás de su fachada insensible, pues yo sí creo que hemos forjado un vínculo que, por pequeño que sea, nos une de una manera especial.

—¿Y tú no has violado ese acuerdo ya? Tus influencias han derivado en que Lena se vaya a Japón, y eso herirá a algunos de mis amigos.

—¿Y tengo yo la culpa de que el bien de una persona dañe a otras? ¿Ves que eres como el resto del mundo? Filtras un acto de bondad a través de tus ojos egoístas y mundanos para percibirlo como un acto vil. —Aiko disfruta jugando con las distintas perspectivas de la realidad—. ¿Preferirías que Lena renunciara a sus sueños para contentar a quienes quieren retenerla por un capricho propio? Desde mi punto de vista, cortarle las alas de la libertad a alguien y chantajearla emocionalmente para que no emprenda el vuelo es cruel. Las supuestas víctimas del acuerdo que supuestamente violé son, para mí, las villanas de la historia, pero tú necesitas justificar tu rencor oculto hacia mí, por eso me señalas como la culpable de todo. Tengo entendido que otras de vuestras amigas del equipo tuvieron que mudarse por motivos personales, por lo que sufristeis cuando se marcharon. ¿Me culparás de eso también? Y luego te sorprende que desconfíe de ti, cuando estás tan paranoica como yo o más.

La hermana de mi exnovio [En proceso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora