76 - Manipulación

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ANA

Aiko me citó en el instituto a la hora del segundo recreo para que charlemos sobre algo importante según ella. Intuyo que está relacionado con Laura y Marta, pero no quemaré mis neuronas imaginándome el rumbo que tomará la conversación. Esperaré a que su mente retorcida exponga sus intenciones.

Llegué al instituto poco antes de que sonara el timbre del recreo. Traje un paraguas pequeño por si llueve, ya que el día amaneció oscuro y se respira una humedad fría. Desde la calle, observo que Aiko sale del vestíbulo junto con otros estudiantes mayores que suelen pasar el recreo de este lado del muro de la "cárcel".

—Hola, Ana. Gracias por venir. —Aiko realiza una reverencia al saludarme y exhibe una leve sonrisa de santurrona.

—¿A qué viene tanta formalidad?

—Valoro tu tiempo. Estás expulsada, lo normal sería que estuvieras en tu casa o haciendo otra actividad de tu agrado, no viniendo a este circo de formación de payasos descerebrados.

—Si me dices que tenemos que hablar sobre algo importante, obvio que iba a venir. Me extrañaría que fuera una pérdida de tiempo hablar contigo porque tú valoras tu tiempo por encima del tiempo ajeno. ¿Vamos al grano?

—Tampoco hay que ser tan seria, pero ya que insistes... —La sonrisa de Aiko se torna siniestra—. Llegó la hora de hacer justicia por Laura. He preparado un plan para deshacerme de toda esta escoria de una, pero necesito la ayuda de alguien más. Llevo unas cadenas con candados gruesos en la mochila para cerrar todos los accesos del instituto cuando todo el mundo esté dentro. Anoche escondí unos bidones de gasolina por aquí cerca para actuar rápido. Además, me colé en el instituto y corté el sistema de protección contraincendios para que no se active cuando detecte el humo. Y no solo eso, también me hice con una barrera de pinchos para desplegarla en la entrada de la carretera y entorpecer la llegada del camión de bomberos. Con todos atrapados, verteremos la gasolina por todas partes y... ¡BOOM! —Los ojos de esa mente trastornada resplandecen como si visualizaran las llamas delante de ellos—. Ya esparcí sustancias inflamables por puntos estratégicos para que este infierno arda rápido. ¿Qué me dices? ¿Los quemamos a todos de una vez?

—¿Q-Qué? ¿Qué coño estás diciendo? —articulo, pasmada y espantada ante el perverso entusiasmo de Aiko.

—Vi un vídeo de tu pelea con Marta y me inspiraste cuando le dijiste que por tus putos ovarios les pegarías fuego a todas si abusaron de Laura. La triste realidad es que lo hicieron y todos pagarán por ello. No te irás a echar atrás ahora, ¿verdad? —Aiko me presiona con la mirada.

—¿Pero tú te estás oyendo? ¿Has perdido la puta cabeza? —Controlo el volumen de mi voz para que mi alteración no alerte a los demás. Encima me siento cómplice de esta atrocidad. Hasta el frío se me ha quitado por los nervios que me hacen sudar.

—La tengo más lúcida que nunca. ¿Qué pasa? ¿Ya no tienes ovarios? Mucho "bla, bla, bla", pero a la hora de la verdad te echas atrás como una ratoncita.

—Porque eso es una puta locura. ¿Cómo voy a ser partícipe de esa barbaridad? ¡Estás loca! A ti no te importarán las vidas humanas ni las de los inocentes, pero a mí sí. Si no tiras todas esas mierdas ahora mismo, avisaré a las autoridades. —Saco mi teléfono y me dispongo a entrar en el instituto para avisar sobre el peligro.

—"Ñi, ñi, ñi" —pronuncia Aiko con burla y estalla de la risa—. Venga, llama y queda como una ridícula. Te crees todo con una facilidad abrumadora. —¡Qué desgraciada!

—¿Te parece gracioso? —La encaro al guardar el teléfono—. Claro que me tomo en serio lo que dices porque no estás bien y sé que serías capaz de cometer un crimen atroz. Es cuestión de tiempo que algo se te vaya de las manos, y más ahora con lo que le ha pasado a Laura.

La hermana de mi exnovio [En proceso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora