Capítulo 33

2.3K 149 1
                                    


Cierro la puerta con fuerza. Estaba agotada, había cuidado durante cuatro horas a tres pequeños que de verdad, no tenían límites. Arrastro mis pies y dejo mi bolso en el suelo.

– ¡No hagas ruido que me duele la puta cabeza! – Me grita mi madre. Otra vez con su mal humor–. ¿Por qué llegaste tan tarde?– Gruñe. –Dijiste que a las siete llegarías, son las ocho y media.

– Se le hizo tarde a la señora Blake. –Ruedo los ojos. Desde que Ben se fue, el temperamento de su esposa ha cambiado tanto. Últimamente, le agarraban ataques de enojo, y yo no tenía por qué aguantarla, así que tomé algunas horas extras, y más trabajo fuera de casa, con tal de no soportarla. Miren a dónde llegué para no tener que estar con ella. El lado positivo es que tengo más dinero.

– Mentirosa, siempre la misma excusa. –Me fulmina con la mirada mientras manda otro vaso de Whisky a sus labios. Ya me he peleado mucho con ella sobre que deje de tomar, y me rindo.

Arrastro mis pies hasta la cocina y devoro algunas galletitas. Estaba muerta de hambre. En una hora comemos, pero no me importa. Vuelvo a la entrada y agarro mi bolso.

– Si ensuciaste, limpias la cocina, mocosa–. Me grita pero la ignoro y avanzo a mi cuarto.

Cierro la puerta con fuerza y maldigo a todos los que viven en ésta casa, incluyéndome.

A Helen por ser tan necia y agarrársela conmigo, sólo por el hecho de que Ben se fue.
A Ben por dejarnos así de la nada, y ni siquiera dignarse a llamar.
Y a Max por irse siempre de la maldita casa, ¡ella también es su madre!

Miro mi calendario, estoy llena de pruebas y actividades. Me siento en mi cama y cuento el dinero mientras mis ojos batallan para quedarse abiertos. Al terminar, prendo la televisión, estaban dando una propaganda de The Walking Dead. Aunque sea encontré algo que me anime.

Golpean la puerta con tanta fuerza que hasta llego a pensar en que se caerá. Sé que es ella, y también estoy consciente de que tiene un sermón enorme para darme, uno que no merezco.

– ¡No pienso prepararte la cena, así que prepáratela tu! – Arrastra las palabras, ya estaba completamente borracha. Aprieto los ojos y siento que el vaso que ella llevaba en manos, se rompe desde afuera de la habitación, segundos después, la puerta de la suya se cierra con fuerza.

No lo aguanto, se las agarra conmigo cuando yo no soy la que la abandoné. La impotencia se desborda por mis ojos. No tiene derecho a tratarme tan mal.

Necesito hablar con alguien, desahogarme, soltar toda esta mierda que llevo encima. Agarro mi teléfono y le escribo a mis amigas, pero ninguna contesta, ahora que me acuerdo, Lola está en una cena y Melissa en el cine con Thiago.
Mi siguiente elección es Logan, a quién le da el buzón de voz directamente.

Bufé pesadamente, hasta ya empezaba a sentir hambre otra vez, es increíble cómo todo juega en mi contra.
Sin pensarlo dos veces, tengo el nombre de Finn en la pantalla, no puedo creer que vaya a hacer esto. Luego de terminar, nos hablamos pocas veces para pasarnos las tareas en clases, nada especial.

Aprieto el botón de llamar y me llevo el celular a la oreja. No sé cómo va a reaccionar ni qué le diré, pero se nota que estoy muy necesitada de compañía. Retengo las lágrimas mientras medito si cortar. Luego del cuarto tono, me decido por colgar pero atiende.

– ¿Vicky? ¿Todo en orden? – Habla desde la otra línea.

– Finn... –Digo, o intento decir, creo que más que nada, salió como un sollozo.

¿Quién era ella?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora