Capítulo 38

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«No te ruborices, no te ruborices, no te ruborices, no te ruborices, no te ruborices, no te ruborices, no te ruborices, ¡no te ruborices!»

Le sonreí ampliamente a Rebeca mientras ella hablaba. La mano de Logan estaba sobre mi muslo. Habíamos bajado para comer el postre, aunque como dice él: "Ya me lo comí yo."

Vuelvo a hacer un gran esfuerzo por no sonrojarme. Nunca había compartido un momento tan íntimo con alguien. 
Llevo el último pedazo de torta a mi boca, dejo el tenedor en el plato, mastico, trago y sonrío sin mostrar mis dientes. Sonreír era lo único que podía hacer para no parecer tan tonta, —aunque supongo que de tanto hacerlo, ya lo parezco–.

La voz de Logan me saca de mis pensamientos–. Voy al baño, ya vuelvo. –Susurra en mi oído, se levanta y camina hacia la salida del gran comedor.

– Me alegra mucho que Logan al fin tenga a alguien en serio en su vida. –Su padre, Charlie, comenta felizmente.

«Haz algo más que sonreír.»

– Yo también estoy alegre de tenerlo. –Entrelazo mis dedos entre sí y dejo mis manos descansar sobre mi regazo.

– De verdad que jamás lo vi tan sonriente –opinó Rebe–, por lo general está serio.

Es verdad, Logan es un chico serio, como yo, sólo que él más. A veces, su mirada neutra no deja ver lo que esconde dentro. Como si levantara una pared enorme, para que nadie pudiera ver lo que esconde. ¿Se cerrará así con todas las personas y luego se abrirá? ¿Sus amigos sabrán todo de él, o les bloqueará la puerta como a mí, en montones de ocaciones?

– Cabe destacar que, a esta edad, es muy complicado tener una relación seria. –La voz de la rubia se hace presente, otra vez–. Pues, me supongo que Victoria no seguirá la misma carrera que Logan y se separarán.

¿Saben? Eso dolió. La realidad dolió más que cualquier cosa. No había pensado en lo complicado que va a ser si Logan y yo queremos mantener una relación seria, estando a larga distancia. Me remuevo incómoda en mi lugar mientras mis ojos viajan de mi plato a mis manos.

– Lo siento, ¿dije algo malo? –Preguntó mirándome con preocupación.

– No, es sólo que me entristece un poco la idea. –Hablé con amabilidad. Es obvio que dijo algo malo, pero en parte, estuvo bien. Me abrió los ojos y me sacó de mi cuento de hadas.

– ¿Y tú, Vicky? ¿Se puede saber qué vas a estudiar? –Charlie me miró mientras dejaba el pedazo de torta dentro de su boca.

Ahm... La verdad es que no lo tengo decidido. Sé por dónde partir, que sería la Literatura Inglesa, tal vez hasta Historia. Pero pensaba esperar a hacerme un test vocacional y orientarme un poco más.

– Correcto. –Asiente muy sonriente el hombre.

El aire me falta al imaginarme lejos de Logan. ¿Qué estudiará él? Creo que nombró algo de Derecho pero no estoy segura. Podría venir a estudiar Literatura, le gusta leer, ¿no? ¿Qué tendría de malo?
Agh, cuántas estupideces pienso. No puedo obligarlo a que estudie lo mismo que yo, para que no nos separemos. Cuán ilusa puedo llegar a ser a veces. Pero no me sorprende.

Narra Logan:

Me lavo la cara y me miro en el espejo, odio estas jodidas reuniones familiares. Lo único que traen son problemas, sin embargo, con Victoria, eso no pasa. Todo parece estar bien, muy relajado. Además que la novia de Charlie no para de hablar ni un puto segundo, por ende, jamás hay silencios incómodos llenos de tensión. Gracias Rebeca.

¿Quién era ella?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora