Capítulo 50

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Narra Victoria:

Mis pies avanzan decididos, intentando no perder el equilibrio con el vestido blanco que llevo puesto. Veo a Logan delante de mí, en el altar. Se da la vuelta, me observa encantado, al igual que todas las personas al rededor, y gesticula un "te amo" sin emitir sonido.

Pero esto ya pasó antes. Mi sonrisa se borra mientras me detengo. Sé cómo termina esta pesadilla.
Sujeto mi vestido, lanzo mis tacos y me doy la vuelta, decidida a marcharme.
Ni creas que reviviré esto.

Sin embargo, una mano sujeta mi brazo izquierdo con mucha fuerza. Es un tacto frío y espeluznante. Me quejo del dolor. Se me eriza la piel y al darme vuelta, intento sofocar un grito, pero no puedo.

— Crees que puedes escaparte de lo que está por venir. —Habla Christian, con una sonrisa malévola. Daba tanto miedo la forma en que sus labios se curvaban y sus ojos me penetraban. Con todo el esmoquin roto y el pelo desacomodado—. Pero esto no se ha acabado. Cuídate la espalda, porque cuando menos lo esperes, estaré detrás de ti, amor mío.

(...)

¿Dormiste anoche? —La voz de Melissa me sacó de mis pensamientos—. Tienes unas enormes bolsas debajo de los ojos. Te las taparé. —Agregó, y no me opuse, seguro tenía un aspecto horrible. Salimos del baño y caminamos hacia el patio, necesitaba aire.

— ¿Qué pasó, Vicks? —Lola entrelazó su brazo con el mío, la observé y sonreí levemente.

— Sólo tuve una mala noche. Ya saben, insomnio... —Balbuceo.

— ¿Segura? —Mel clava una mirada interrogatoria en mí—. ¿No tienes nada para contarnos?

Abrí la boca, riendo y negando con la cabeza. Pero luego la cerré, es decir, fue sólo otra tonta pesadilla, nada va a pasarme y no está en mis planes asustarlas por algo que genera mi mente.

— Nenas, aquí están. —La voz de nuestro querido rubio nos sobresalta, mientras aparece y pone un brazo sobre el hombro de Melissa.

— Hola, Sean. —Saludamos riendo.

— ¿Para qué nos buscabas? —La curiosidad me gana.

— A ellas no —las señala a mis amiga, luego a mí— a ti, sí. Max quiere hablar contigo...

Respiro hondo. Anoche, luego de que se enterara de que Finn y yo alguna vez tuvimos algo, sólo me encerré en mi cuarto, estúpido, ¿verdad? Es sólo que pensé que se enojaría mucho. Además, me siento mal porque..., primero Christian, luego Finn. ¿Entienden a lo que voy? Él se enojó cuando empecé mi relación con el primero, y volver a repetir la misma historia podría darle la pauta que lo hago apropósito, ¡pero no es así!

¿Ya qué? Ahora estoy con Logan, con nadie más. No debería preocuparme lo que Max pudiera decir.

— ¿En dónde está? —Le pregunto a Sean.

— En la biblioteca —contesta, y luego agrega—, con Finn.

Aprieto la mandíbula, conteniéndome. Mis amigas me miran algo asustadas, pero les sonrío para alivianar el ambiente. Me suelto del agarre de Dolores y me doy la vuelta, para luego avanzar hacia la cafetería. Pude escuchar las interrogaciones de las dos hacia el rubio, pero no me detuve.

¿Quién era ella?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora