Epílogo

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Pasados tres años...

— No me digas que no fue una excelente idea. —Melissa observa a Dolores con firmeza.

— No sabemos si todos vendrán. —Habló la castaña—. Es una locura, pero igual te adoro.

Ambas se abrazaron mientras Victoria se les acercaba y las abrazaba por cuarta vez en la noche.

Las tres estaban demasiado cambiadas, pero entre ellas casi ni veían la diferencia.

Melissa tenía su largo cabello rubio bien planchado, el cuál relucía por el vestido azul oscuro que resaltaba por todo el lugar. Hay cosas que jamás cambian.

Dolores se encontraba con un vestido blanco, elegante pero también moderno. A cualquier mujer le da miedo un cambio de pelo tan drástico como el que la castaña se había hecho. Pasó de tener su cabello desde la cintura a los hombros. Bien corto. Le quedaba excelente. Hacía resaltar sus pequeñas pecas.

Victoria era... toda una mujer. Delicada pero a la vez provocadora. Siempre con ese encanto único. La madurez y la seguridad gobernaban su mirada. Traía un vestido corto y negro que remarcaba sus curvas, pero nada muy brusco. Su cabello seguía siendo rubio y con rulos, pero le había oscurecido las raíces, dándole un toque más maduro.

Tres años eran demasiado, pero para este trío, parecía ser nada. En este período lograron juntarse, hasta que una noche Melissa se cansó y organizó una celebración en la gran casa de sus padres. El lugar de origen de todos ellos.

— Esto me sigue pareciendo una locura. —Comentó Victoria—. Los chicos llegarán en cualquier momento, o no, y la verdad es que no sé cuáles serán sus expectativas. ¿Aunque sea pensaste en la posible reacción que tendrán?

Melissa la tranquilizó—. Relájate. ¿Qué puede pasar? No estamos haciendo ningún delito. —Dolores asintió, alivianando el ambiente—. Es una simple juntada. Ni siquiera invité a todos. —Mintió.

Nuestra protagonista las observó unos segundos con euforia y se retiró para platicar con su prima, quién acababa de llegar. También había sido invitada.

— Mentiste, ¿verdad? —Lola miró a la rubia a su lado.

— ¿En serio pensaste que dejaría a alguien afuera? —Mordió su labio de la emoción.

Los invitados iban llegando. Habían reencuentros, sorpresas, tal vez algunas lágrimas. Todo era conmovedor. Mientras Logan no pusiera el pie en el lugar, Victoria mantendría la cordura.

Mentiría si dijera que lo había olvidado por completo. En su interior, todavía existe una pizca de esperanza de que él aparezca, pero a medida de que se desataba la noche, no habían rastros del joven.

— Eres un cobarde. —Vicky reprochó a su hermano, sin darle muchas vueltas al asunto. Lo conocía y sabía lo que todavía sentía por su amiga.

— No es eso.

— Te conozco. —Lo observó—. La quieres, ella te quiere. La extrañas, ella te extraña. ¿Qué más quieres que haga? ¿Que baile con ella por ti?

El rubio se encogió de hombros—. No estas asegurando nada.

Victoria, ya rendida, se dirigió a él con mayor dureza—. Si en verdad la quieres, demuéstratelo ahora, porque mañana te arrepentirás de no haberlo hecho.

¿Quién era ella?Where stories live. Discover now