Capítulo 62

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— Victoria, esto es serio. Llama a la policía, diles que hagan una inspección por la zona durante un tiempo.

— Jess, me parece que no es para tanto. —Miré para otro lado—. Ya no me quedaré sola en casa y listo.

— Clark, —me miró severa—, si hay un hombre que cada noche se para delante de tu casa, a vigilarla, no quiero detenerme a preguntarle quién es o qué planea. Es peligroso.

— Lo sé. —Le aseguré—. Lo sé bien. Ya hablé con unas patrullas, harán guardia esta semana por la noche, y si sucede algo sospechoso, me avisarán. En caso de que eso pase, lo hablaré con Helen y veremos qué hacemos. —La tranquilicé, mientras llevaba el vaso rojo a mis labios y bebía. Lo alejé y vi que en los bordes blancos de éste, habían manchas de mi pinta labios, también rojo.

Apretó los labios y aceptó, rendida—. Sólo lo hago para que tengas precaución.

— Me gusta que te preocupes por mí, pero puedo cuidarme sola. Nada va a pasarme, ¿de acuerdo? —Le sonreí mientras ella asentía, haciendo que sus aros se agitaran e hicieran ruido.

Terminé mi bebida con alcohol y la dejé a un lado, mientras se escuchaba la música desde adentro de la casa.
Estábamos en una fiesta que había organizado un tal Chuck Gallagher. No era de mi escuela, tampoco alguien que conozca, pero mucho de mis amigos sí lo hacían, por lo que decidimos venir.

Es bueno despejar mi mente, sobretodo ahora que está por empezar la época de pruebas.

— ¿En qué piensas? —Me saca de mis aburridos pensamientos.

La observo sonriente—. Ahm... sólo sobre las pruebas que están por venir. Nada muy interesante, a decir verdad. —Compartimos algunas carcajadas.

Un par de chicos pasaron y nos saludaron muy amistosamente. Tampoco los conocía, pero parecía que Jess sí.

— Me parece que iré a bailar. —Avisó—. ¿Vienes?

— No, no. Estoy bien. —Niego con la cabeza—. Te alcanzo luego.

— Correcto. —Se marchó, moviendo las caderas.

Unas manos aterrizaron sobre mi cintura. Sonreí como estúpida. El tacto frío me tomó por sorpresa, parece que Logan hace tiempo que está afuera.

— Cuidado dónde tocas, tigre. —Susurré divertida.

— Pero si ya he tocado por aquí miles de veces. —También susurró en una voz ronca y fría, bastante tétrica a decir verdad.

Me alejé de él y resultó ser la última persona que querría que me tocara, en todo el planeta.

— Oh. Eres tú. —Escupí con odio.

— ¿Quién más creíste? —Sonrió con arrogancia—. Ah, cierto. Tu nuevo noviecito. Siempre se me olvida que me cambiaste por él.

— Vete a molestar a otra persona, Christian, ya que es lo único que sabes hacer. —Gruñí y caminé a paso decidido, hacia adentro de la casa.

— ¿Adónde crees que vas? —Se interpuso entre mi camino y yo, antes de que pudiera entrar. Su aliento a alcohol se impregnó en mis fosas nasales, y a pesar de su muy atractivo aspecto, pude notar unas pequeñas ojeras debajo de sus ojos.

¿Quién era ella?Where stories live. Discover now