Capítulo 58

1.6K 136 10
                                    


Aprieto mi mandíbula. No quiero llorar, no tengo por qué. Respiro hondo y me doy la vuelta. Otra vez peleamos, típico de nosotros.
La sangre me hervía, lancé un gruñido de exasperación mientras caminaba hacia el cuarto donde los demás se encontraban. Pero no iba a dejar que esto arruinara mi noche. No tuvo que actuar de esa manera, tal vez en parte yo tampoco, pero no fue para tanto. Siempre complica las cosas, él y su falta de comprensión.

«Deberías ponerte en su lugar.»

¡No! Él es quién debería ponerse en mis zapatos, por una vez.

— ¿Todo en orden? —Inquirió Finn mientras me miraba con preocupación. Temí que hayan escuchado algo, pero al ver que los otros estaban muy concentrados en la película, me tranquilicé.

— Sí, excelente. —Mentí.

— ¿Y Logan? —Masculló, haciendo como si no le importara realmente.

— Se fue. —Contesté desvalorizándolo. Caminé hasta el sillón y me senté, decidida a enfocarme en la televisión.

— Mhm... ¿Segura que te encuentras bien? —El castaño se acercó a mi, preocupado—. Puedes hablarlo si quieres.

— No es nada, Finn. —Insistí—. De verdad. Estaba cansado y regresó a su casa.

Asintió con la cabeza mientras un dolor punzante me atravesaba el pecho. Me dolía pelear con Logan, pero es parte de las parejas, ¿no? Aunque no me encanta la idea de hacerlo siempre, por todo frente a cualquier cosa que pase. Deberíamos hablarlo, esto no va a funcionar, no quiero tener una relación así, dudo que pueda seguirla. Va a ser como cuando estaba de novia con Christian. Él prácticamente me dominaba. Hice una mueca al recordar eso; era una tonta, tal vez lo siga siendo, pero no a tal punto como antes.

Agh, ni siquiera debería estar comparando mi relación con Logan y la que tuve con Christian. Soy patética.

Y a medida que hacía toda esta innecesaria reflexión —o tal vez no tan innecesaria— la película seguía, sacándole sustos a mis amigas, bueno, también a Sean.

(...)

Ya llegadas las 3:30 a.m., los chicos volvieron a sus casas y como planeamos, nosotras nos quedamos para dormir, ahí mismo.

Tenía pensado dormirme rápido, pues mis ganas de platicar siquiera, eran escasas, por no decir inexistentes.
Sin embargo, debía dejar todo en claro, ser transparente.
Me obligué a respirar hondo y hablar:

— Melissa. —La llamé—. ¿Cómo te hiciste ese chupón? —Inquirí. Ok, puede que haya sido un poco directa, pero a estas horas no tengo más ganas de dar rodeos, quiero aclarar todo de una vez.

La rubia al principio se negó a hablar, daba rodeos, esquivaba el tema, pero nos terminó contando sobre ella y Thiago, los cuales estuvieron a punto de hacerlo, aunque no sucedió.

No me había dado cuenta de que si ella nos comentaba que seguía siendo virgen, sería más áspero para mí, es decir, más difícil.

— ¿Pero si hubiese pasado, te arrepentirías? —Preguntó Dolores.

— No. —Contestó segura—. Claro que no. Es más, pienso hacerlo con él.

¿Quién era ella?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora