UNA CHICA RICA (2da Parte)

400 60 20
                                    

Le di el abrazo más largo y tierno que pude haber dado en toda mi vida, esa sensación... ese momento. La verdad no podría describir con simples palabras lo que sentí en ese instante. Pero intenten imaginar que por fin encontré la paz que buscaba.

Pasado nuestro momento de "reconciliación", le pedí que girara mientras cubría sus ojos con mis manos. La puse en dirección al mar y esperé por unos segundos.

          — ¿Por qué tanto misterio? — Preguntó volteando hacia mí.

          — Solo levanta la mirada y observa el horizonte. — Respondí.

Se quedó en silencio mientras apreciaba lo bello del paisaje. Era un atardecer con colores mágicos, colores que te devolvían el alma al cuerpo. Los rayos de colores del sol ocultándose, eran reflejados sobre el agua y a su vez la brisa nos rosaba suavemente.

         — ¿Qué te parece? — Pregunté ­— Siempre vengo aquí dos veces por semana y observo el atardecer, es realmente tan hermoso que olvido todos mis problemas.

Mientras hablaba, ella giró y puso su mirada sobre mis ojos, se quedó ahí ... Solo mirándome.

         — ¿Aytem? ¿Te encuentras bien? — Pregunté.

         — Gracias, Gracias, Gracias — Repetía.

Era la chica más linda y tierna que había conocido, enserio estaba tan agradecido por este momento. Mi vida al fin tenía algo bueno, al fin tenía un motivo para seguir adelante... Y yo tenía a ese motivo justo ahí... junto a mí.

         — Quiero que sepas algo. — Decidí decirle lo que sentía.

        — Esta bien... — Sostuvo mi mano y me vio a los ojos.

        — Yo en realidad... Tu a mi... — Tenía miedo — Tú me gustas mucho.

Escuchaba lo que decía mientras me miraba, no quitaba su mirada de mis ojos ni un segundo. Yo estaba nervioso, había tantas cosas para decirle, pero nada salía con claridad. Era mi primera declaración de amor.

        — No tengo nada que ofrecerte ahora y quizás no pertenezca a la misma clase social que tú, pero algún día conseguiré algo y quisiera que estuvieras conmigo en ese momento. Yo... bueno la verdad que estoy enamorado de ti y quisiera pasar muchos momentos a tu lado, quiero estar siempre para ti. Quisiera ser parte de tu vida, aunque sea por un momento.

        —... — Un silencio incomodo se apoderó del ambiente — Yo estoy comprometida... Pero... — Dijo temblorosa.

«¿Acaso me dirá que sí?», pensaba en ese momento esperando su respuesta.

Justo antes de que lo haga, se escuchó una voz detrás de nosotros. Los guardaespaldas de Aytem nos habían encontrado.

          — La estuvimos buscando señorita ¿Cómo pudo escapar de esa manera? — Uno de ellos bajo hasta donde estábamos — Su padre está muy enojado.

         — Eso pasa porque nunca me deja salir de casa — Respondió ella.

        — Lo siento, pero debemos llevarla de regreso.

         — No iré a ningún lado — Se negó y se puso detrás de mí.

Eran cinco guardaespaldas corpulentos, vestidos de negro intentando llevársela contra su voluntad, yo dudaba en sí debería intervenir o no... lo que presenciaba era un total abuso.

         — Aléjense, ya te dije que no iré con ustedes.

        — No haga esto más difícil — Dijo uno mientras tomaba su brazo.

        — Hey detente... Le haces daño — Señalé quitando su mano de encima.

         — Oh jovencito, no es momento de ser un héroe — Agregó el más viejo de los guardaespaldas.

         — ¿Héroe? — Pregunté confundido.

         — ¡Richi! — Llamó de pronto— Tú y yo nos quedaremos con este joven y vamos a tener una fiesta aquí.

          — ¡Oye Richi, no vengas... es una orden! — Aytem intentaba detener la situación que venía aproximándose.

          — Lo siento, son órdenes directas de tu padre. Él dijo que debemos darle una lección — ¿Richi no tenía opción?

          — Ya basta, iré a casa. Está bien, pero vámonos todos de aquí... — Aytem lloraba.

         — Lleven a la señorita al auto y asegúrense que no salga — Ellos parecían emocionados.

         — Rodolfo, te lo suplico.

Al ver que era ignorada, se dirigió a mí

        — Vete, huye lejos... Ellos van a...

        —No te preocupes, pequeña — Interrumpí y sonreí — Voy a estar bien.

DOS ESTACIONES A SU LADO © (Completa) Sin editarWhere stories live. Discover now