TOCANDO EL CIELO

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"El mundo entero retumbará ante aquellos que lucharon hasta el final"

Scott Campos Barrantes

Pasaron cuatro meses desde aquella reunión en la biblioteca, Scott, su esposa e hija siguieron adelante, nadie mencionó lo que se habló aquel día, solo continuaron.

Los fines de semana salían a comer frente al lago, y era un sábado 17 de diciembre, justo un día antes del cumpleaños de su hija. Era sábado y estaban recostados debajo de un árbol, su hija se bañaba en el pequeño lago mientras ellos comían unos sándwiches.

      —Y pensar que tenía su edad cuando nos conocimos — Giró su cabeza a un lado mientras comía —Te gustaron mis pechos, admítelo.

Scott no oyó muy bien lo que dijo, porque ella tenía el sándwich en la boca.

      —¿Dijiste algo? —preguntó.

De inmediato, ella se puso de pie y corrió dentro de la casa; Scott quedó confundido y la siguió. De camino, vio llegar a su mejor amiga, quien bajo de su auto junto a Nicolás, que ahora tenía un cachorro.

      —Hola, tío —dijo y corrió con su prima.

Ana se quitó las gafas y saludo a su amigo con un fuerte abrazo, ella venia por el cumpleaños de su sobrina.

     —Me alegra que él se encuentre bien —miró al hijo de Richi.

     — Es un niño fuerte, lo ha sabido sobrellevar muy bien. —observó la manta y preguntó por Aytem.

Fue cuando salió, cogiendo su estómago y algo pálida.

      —¿Qué pasa? ¿Te sientes mal?

Ella movió la cabeza para negarlo, pero no dijo una palabra, aunque sus gestos demostraban querer decir algo.

     —Hey, ven aquí y siéntate — Ana le acomodó una silla.

Aytem seguía sin decir nada y de pronto lo gritó.

     —¡Vamos a ser padres otra vez! ¡Estoy embarazada! ¡Vamos a tener un bebé!

Scott quedó en silencio por un segundo, pero luego explotó de felicidad y la cargó por la cintura para luego darle vuelta por su emoción, Ana también lo estaba, sorprendida y emocionada, así que los felicitó de inmediato. A su vez le gritó la noticia a su hija, quien junto a Nicolás vinieron a felicitar a Aytem.

Una gran noticia anunciada antes del cumpleaños número diecisiete de su hija, así vivieron sus vidas felices, sin tormentos, sin enemigos asechando.

Una semana después, Inohue se graduó de la preparatoria; Ana y su hijo Nicolás, se mudaron otra vez a la ciudad, ya que el pequeño era muy apegado a su prima. Por otro lado, Scott y Aytem comenzaron a preparar un ambiente para su bebé en camino.

Y tres meses después del nacimiento de su segundo hijo, el padre fue reclutado por Valeria y fue llevado a la misión encomendada en la biblioteca.

De esta manera llegó el final de esta historia, la historia de aquel amor joven que nació una noche lluviosa, y que paso muchos obstáculos. Probaron el dolor y la desdicha a manos de seres que envidiaban su felicidad, sin embargo, la perseverancia en su amor, los llevo a su crecimiento y la pureza en sus corazones se recompensó con la felicidad anhelada.

 Probaron el dolor y la desdicha a manos de seres que envidiaban su felicidad, sin embargo, la perseverancia en su amor, los llevo a su crecimiento y la pureza en sus corazones se recompensó con la felicidad anhelada

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Scott Campos, Dos estaciones a su lado

DOS ESTACIONES A SU LADO © (Completa) Sin editarWhere stories live. Discover now