UNA DECISIÓN EQUIVOCADA

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" ¿Y qué si lo intentaste?... Es mejor saber la respuesta, que morir en la duda"

Scott Campos Barrantes

Todos se dirigían a la cabaña. Por un lado, el grupo del padre de Aytem y por otro, el de Carlos que estaba más adelante.

      — Llegan tarde ¿Cuánto creen que llevo aquí? ... Idiotas.

      — ¿Con quién crees que hablas mal nacido? — Dijo una de los miembros del grupo de asesinos que contrató.

      — Hey Irene, cálmate. Nos pagará lo suficiente como para aguantar un par de insultos — Interrumpió, aparentemente el líder — Y entonces ¿Dónde está el objetivo?

      — Esta en la cima de la montaña.

      — ¿Y cuántos son? — Preguntó otro.

      — Solo uno, a la chica la quiero viva.

      — ¿Uno? ¿Y tienes una docena de hombres aquí? — Se mofó.

      — Solo no quiero que escape de nuevo.

      — Bueno entonces en marcha.

Al mismo tiempo en el contenedor, Aytem me esperaba. «Por favor, vuelve por mí... Volvamos a divertirnos como en el parque de diversiones», repetía. Luego buscó algo en el bolsillo de su pantalón.

      — No puede ser, no está. Las fotos que nos tomamos juntos no están ¿Dónde lo dejé? — Se refería a la foto juntos en el parque de diversiones — Ya lo recuerdo, en la habitación... Lo dejé sobre la cama.

Una decisión que cambiaría nuestra historia se dio en ese instante. Aytem decidió volver a la cabaña.

Por mi cuenta llegué a casa y mi madre estaba en mi habitación.

      — ¿Dónde has estado todo este tiempo? ¿En qué estas metido? Tienes el rostro golpeado — Mamá estaba preocupada.

      — Madre, una vez me dijiste que debía vivir el amor y luchar por el cuándo lo encuentre. Hoy puedo asegurarte que lo he encontrado — Dije abrazándola — Me iré unos meses volveré al finalizar el verano, seguiremos en contacto, te llamaré todas las noches.

Mamá se quedó en silencio. Empecé a buscar el dinero que tenía ahorrado para viajar algún día y entonces...

       — Es la primera vez que me abrazas, dime ¿ella es muy bella? — Mi madre estaba emocionada.

       — La más bella de todas. — Respondí.

       — Procura cuidar siempre de ella, puedes irte, pero promete que volverás al pasar el verano.

       — Esta bien mamá, lo prometo.

Recogí lo necesario y luego salí de casa, afuera se encontraba mi padre fumando un cigarrillo. No lo había visto fumar desde que yo era un niño, crucé con el sin decir una palabra.

      — Nunca creí que hiciera un pésimo papel de padre — Dijo de repente — Entiendo porque quieres irte con esa chica, pero recuerda que la vida no es tan fácil como estas tratando de verla.

Seguí caminando sin voltear.

     — Scott, procura comer bien y no te resfríes.

Luego de eso se metió a la casa. Mi relación con mi padre nunca fue buena pero aun así lo amaba con toda el alma.

Aytem se encontraba en la cabaña buscando las fotos en la habitación y Carlos estaba por llegar. De regreso a la montaña, a unas cuadras de mi casa vi salir Gustavo y a sus hombres. Entonces un mal presentimiento invadió mi cuerpo.

      — Mierda, mierda, mierda... debo darme prisa —Aceleré.

Todo se desmoronaba, todo estaba llegando al final, ¿Acaso quedaba una esperanza para nosotros? Ella encontró las fotografías y salió de prisa, pero para nuestra mala suerte Carlos había llegado. El fin llegó después de dos estaciones juntos, nuestro juicio a nuestro amor estaba por empezar.

     — Vaya. Así que ¿aún no se han ido? ... Esto me pone feliz y furioso a la vez — Miró a los lados — ¿Dónde está tu príncipe? ¿Acaso tuvo miedo y te dejo aquí?

     — Aléjate de mí. Me iré, así que fuera de mi camino. — Aytem intentaba pasar entre ellos.

     — Como si fuera hacerlo. — Carlos la cogió del brazo y no dejó que siga avanzando — Renzo lleva a Aytem dentro de la cabaña. Si él no está con ella, nada impide que esta vez sea mía.

Cuál sería el desenlace de mi historia ahora que todo se había invertido, la felicidad nos duró muy poco. La infinita paz, no fue infinita... el fuego de nuestra suerte estaba siendo apagada por la tormenta de nuestros enemigos.

DOS ESTACIONES A SU LADO © (Completa) Sin editarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora