TE AMO

208 46 5
                                    

         «Mi corazón nunca tuvo la necesidad de amar y mi boca la de pronunciar te amo... Hasta que llegaste tú»

Scott Campos Barrantes

Cuanto más la veía llorar, más se me destrozaba el alma. ¿Alguna vez viste llorar a la persona que amas, siendo tú el culpable de sus lágrimas derramadas?... El dolor te presiona el pecho, el corazón sufre en silencio y empieza una agonía silenciosa que consume tu existencia.

¿Qué debía hacer? ¿Disculparme? Pero una disculpa no detiene la sangre que brota de una herida recién formada.

La abracé en silencio y la llevé a su habitación. Nos acostamos en la cama y se quedó dormida de tanto llorar.

          — ¿Te debiste sentir muy sola? ¿Tuviste mucho miedo? — Dije en voz baja — Quizá un "lo siento" no baste para hacerte sentir mejor, pero no tuve opción. Ellos nos pisan los talones. No puedo dejar que nos separen.

Durmió mucho, tal vez porque se desveló esperándome durante la noche o tal vez porque ya estaba con ella y se sentía segura.

Por la tarde, fui a la biblioteca de la cabaña y me senté en una silla frente al escritorio. Me puse a pensar lo mucho que había cambiado mi vida en tan poco tiempo, desde esa noche de lluvia, lo que paso en la playa... Todo el invierno saliendo y ahora que ya está por finalizar la primavera.

      «¿Enserio? Ya es medio año desde que te conocí. Necesitamos tener recuerdos de nuestros momentos ¿verdad Aytem?... ¿Qué tal unas fotografías juntos o una carta para ti?», pensaba mientras seleccionaba unos libros.

Me encontraba en una biblioteca, había muchos libros, pero decidí coger una pluma, un papel y ponerme a escribir acerca de lo que sentía por Aytem, la chica que me devolvió la vida cuando apareció frente a mí.

Estuve durante una hora en la biblioteca. De pronto ella ingresó algo somnolienta.

      — ¿Amor? — Ella estaba despeinada — ¿Qué haces aquí?

      — Oh — Me puse nervioso y cubrí lo que escribía con un libro — No hacía nada, solo leía un libro mientras dormías.

      — ¿Volverás a irte mañana? — Preguntó.

      — Ahora no hablemos de eso — No quise volver a verla triste — Quiero llevarte a un lugar, ve a cambiarte saldremos en un momento.

       — ¿A dónde iremos? — Preguntó.

       — Es una sorpresa. — Guardé una hoja en medio de un libro.

La esperé fuera de la cabaña, realmente tardó en arreglarse, pero cuando salió fue como ver un ángel, si eso es, ella es mi ángel... El ángel que vino a salvarme.

      — Estas realmente hermosa — Tenia cara de bobo.

      — ¿Tú crees? — Respondió apenada — Me arreglé para ti.

Subió en la motocicleta y fuimos a la ciudad. Para ser exactos la llevé a un parque de diversiones.

      — ¡¡Woohh!! — Exclamó emocionada.

      — Disfrutemos de este momento, olvidemos todo lo malo que hemos vivido hasta ahora y vamos a divertirnos. Aquí no podrán encontrarnos.

Durante tres horas estuvimos paseando y disfrutando los juegos, todo fue realmente genial. Verla sonreír era lo que realmente me encantaba.

      — Vayamos a ese — Señaló el lugar donde se tomaban fotos las parejas.

     — ¿Quieres una foto juntos?

     — Quiero que este momento a tu lado también tenga un recuerdo físico.

Aytem y yo nos tomamos muchas fotos, esto porque no suelo sonreír mucho y así que después de muchas, al fin logré sonreír para una sola.

     — Me encanta — Dijo mostrándomela — ¿Ves lo guapo que eres al sonreír?

     — Yo creo que amaré esta foto, solo porque apareces junto a mí.

     — Obviamente debes amar esta fotografía, pero más a mí — Se lanzó a mis brazos — Porque yo soy tu chica.

Al regresar a la cabaña me pidió que esta vez durmiéramos en la misma cama y así lo hicimos, esta vez pude verla dormir con una sonrisa en los labios.

      — Aytem, sin duda alguna... Te amo — Afirmé mi sentimiento con más confianza.

---------------------

Amé escribir este capítulo <3

DOS ESTACIONES A SU LADO © (Completa) Sin editarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora