LA VIEJA CARTA

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"Tu corazón se convertirá en tu peor enemigo"

Scott Campos Barrantes

Las personas tienden a darse cuenta de su error después de que estos han generado grandes daños, dolores irreparables que muchas veces destruyen todo el interior, incluso el alma y es entonces cuando deciden compensarlo, pero ¿Esto realmente remedia los estragos causados?

Gustavo llamó a su hermano y le pidió que volviera por un trabajo, él respondió que volvería la mañana siguiente. No estaba seguro de poder confiar en este hombre, seguí nervioso y darle tiempo causó la llegada de sus guardaespaldas, cada uno apuntando con un arma distinta.

      — Bajen las armas, es el padre de mi nieta.

Fue la primera vez que dijo eso, como si al fin lo aceptará; guardé mi arma también e intenté marcharme diciendo que volvería al amanecer, porque yo mismo sacaría la información.

      — No es necesario, puedes esperar aquí, la mansión tiene muchas habitaciones libres, le pediré a Verónica que te lleve a su habitación.

La nana de Aytem fue quien me descubrió en la cocina el día que entré a rescatarla de su boda, ella me dio un abrazo y el pésame por mi perdida. La piel suave de sus manos logró calmarme un poco, y su abrazo fue cálido, llevaba días sin recibir uno. Luego me llevó a la habitación como ordenó su amo, al entrar a la pieza, vi lo ordenada que estaba y sentí su olor en cada rincón «¿Realmente estaba bien estar aquí?», pensé, aún no superaba su muerte y por un momento revisé sus cosas, lo hice y encontré su diario. Tenía una de las paginas rotas, era esa la hoja que usó para escribir la carta que me dejó dos años atrás, esta traía escrito lo siguiente...

"Hola. Amado mío, lee esto y promete sonreír mientras lo haces... ¿Cuándo nos casemos me llevaras el desayuno a la cama?... Ya, enserio, sabes... cuando cierro los ojos puedo verme a tu lado, nos estamos casando y sonreímos, porque las personas malas se han ido, Richi está bailando muy ebrio celebrando nuestro compromiso, es muy gracioso, porque es la primera vez que bebe. También me imaginó junto a ti, dentro de dos o tres años, durmiendo juntos en la cabaña al lado de nuestra pequeña hija. Su nombre será Inohue, pues es el nombre que tú elegiste.

Sé que todo esto es un sueño, pero... si algún día se cumpliera, prometo hacerte muy feliz. Ha pasado mucho tiempo desde nuestra última cita ¿verdad? Aunque mi padre me obligue a casarme hoy con alguien a quien no amo, mi corazón siempre será tuyo.

Hey, Scott ¿Prometes amarme la vida entera?...

Volvamos a encontrarnos, prometo volver a ti algún día... mientras tanto acuérdate de mí."

Leí esa carta aproximadamente mil veces y esas mil veces mi corazón sintió el mismo dolor y nostalgia, quizá hoy es diferente, porque hoy no existe ninguna pizca de esperanza que me diga que Aytem volverá algún día... ella estaba muerta ahora.

Coloqué el diario en su lugar, pero de este cayó un sobre, en el estaba escrito "Para mi amada Inohue". Abrí el sobre y encontré fotos del nacimiento de mi hija y de cuando ella estaba muy pequeña.

No era momento de ser débil, nuestro corazón es nuestro peor enemigo.... nos vuelve vulnerable. Por esta razón guardé la carta y el diario en mi mochila e intenté descansar un poco.

Muy temprano en la mañana, Rodolfo llegó a la mansión, los guardias le informaron que su hermano Gustavo tenía un trabajo para él. Me escondí detrás de un librero para escuchar la conversación y sobre todo para oír la información sobre mi hija.

       — ¿Qué es tan importante como para hacerme perder mis vacaciones? — Dijo Rodolfo.

      — Secuestra a mi nieta. Quiero que sea mi heredera total.

Rodolfo cambió de semblante, se mostró nervioso. Eso evidenció que el sí tenía algo que ver, por ende, cuestionó la orden.

      — ¿Por qué la quieres ahora?

      — Eso a ti no te importa. Te di una orden.

     — Pues no voy a cumplirla — Dijo encendiendo un cigarro.

Aquel hombre que nunca cuestionó nada a su hermano, lo hizo con seguridad... el líder de los guardaespaldas Rodolfo se traía algo entre manos.

DOS ESTACIONES A SU LADO © (Completa) Sin editarWhere stories live. Discover now