¿QUIÉN SONRÍE?

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La mañana fue eterna, las sorpresas y emociones múltiples regresaron después de mucho tiempo, la venganza de Carlos estaba realizándose como lo juró hace quince años. Tenía a sus dos grandes enemigos atados a sus sillas, ambos golpeados y con heridas.

Scott no quería escuchar a su cuñado, él era su mejor amigo y ocultó tal información, mientras Richi se entregó a escuchar todo lo que viniera de su boca.

   — Aunque haya pasado el tiempo... aquella escena en la iglesia aún está intacta, verla desvanecerse entre mis brazos, lloré su muerte una y otra vez.

   — Tenía que hacerlo, si te lo decía ella hubiera quedado expuesta — Richi explicó con una lagrima derramada en su mejilla — Sabia que Carlos no los dejaría libres y preferí ocultarla. En el fondo sé que puedes entenderlo.

Carlos seguía bebiendo, pero interrumpió.

   — Así que ¿Me estabas esperando?

Pero Scott ignoró por completo al mafioso y le respondió a Richi.

   — Sí, claro que lo entiendo. Yo lo entiendo, pero... — Aun sin levantar su mirada del piso — Ella no lo merecía, mi hija... jamás le devolverás a mi hija todo lo que se perdió con su madre.

Enfadado por ser ignorado, tomó su revólver y apuntó a su rival y peor enemigo, lo colocó justo sobre su cabeza.

   — Sé que tienen mucho que decirse, pero no me agrada la idea de que mueran reconciliados — Estaba listo — Para que veas que soy piadoso, te mataré primero, así calmaré tu sufrimiento.

Scott levantó su rostro, el revólver ahora apuntaba su frente.

   — Te retorcerás en el infierno cuando todo esto terminé. — Dijo con el ceño fruncido.

Y así, el sonido de un disparo se oyó por los alrededores.

Ana que estaba escondida cerca de allí no aguantó más la idea de esperar. Tomó a su hijo del brazo y lo escondió en una caja.

   — Pase lo que pase, no salgas de aquí. La señora Emma llegará pronto a esta dirección, cuando llegue quédate con ella ¿Me entendiste? Todo...

De pronto, alguien se escuchó detrás, ella estaba en cuclillas y por un agujero en la caja su hijo pudo ver todo, pero calmó al niño diciendo "Todo estará bien"

Era Martin, sobrevivió a la caída, pero estaba sangrando por todos lados. No reconoció a la mujer que tenía al frente, apenas lograba ver con la sangre por todo el rostro. La amenazó con su arma, quería que lo ayudarán con sus heridas, ella limpio su rostro y vendó su cuerpo.

   — ¿Qué hacías aquí? — Preguntó — ¿Estabas buscando algo?

   — Iba camino a casa y ...

   — ¿Por qué escondes tu rostro? — Apuntó interrumpiendo — Eres compañera de esos dos ¿Verdad?

En un cambio de escena, Scott yacía sobre el piso, aun atado y con mucha sangre brotando de algún lado, Richi gritaba su nombre, lo llamaba desesperado.

   — No te preocupes, no le di en la cabeza, solo rosé uno de sus hombros. Aun debo divertirme.

De pronto, tocaron la puerta. Carlos fue abrirla, esperando que Jimmy retornara con Inohue. Caminó con energía y lo invitó a pasar, no obstante, nadie respondió, así que lo invitó por segunda vez, dio un paso con sigilo, fue ahí cuando la puerta fue derriba de golpe, haciendo que pierda el equilibrio, aprovechando la situación, Scott hizo que se tropezara, y a su vez, Richi pisó el arma que cayó cerca.

Al tratar de ponerse de pie, el mafioso fugitivo se vio apuntado por la escopeta de Red, que venía acompañado de Inohue.

   — Muy bien, la trajiste — Siguió confiado — Te daré mucho dinero como recompensa.

   — No te muevas. No me interesa tu dinero — Respondió.

Red miró a Inohue indicando que ayude a su padre, de inmediato corrió a socorrerle, lo desató y continuó con su tío. Ella apoyó a su padre sobre su hombro, pues él había recibido más daño. Cuando Richi se acercó a disculparse fue golpeado en el rostro por Scott.

Su sobrina confundida, preguntó el porqué, pero su tío le dijo que lo hablarían después y que debía irse con su padre a un lugar, que él se encargaría de entregar a Carlos.

   — Cerca del centro de la ciudad, dirígete al bar de nombre "Sex House". Ahí está ella. — Instruyó Richi.

   — Es lo mínimo que podías hacer — Contestó en voz baja por su enojo.

En paralelo, en un cuarto muy ordenado y limpio, se encontraba una mujer postrada y conectada a equipo médico. Era alguien que tomó un papel importante en esta historia... ella estaba sonriendo.

DOS ESTACIONES A SU LADO © (Completa) Sin editarWhere stories live. Discover now