Vuelo #27

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Gobernar un territorio tan grande y basto como era el mundo demoniaco era un tanto molesto y extenuante, todo esto lo hacía para cumplir su palabra de responsabilidad con su Shizun.

El solo quería estar recostado en el regazo de su Shizun y darle su amor incondicional a diario, pero ya podría volver a su acogedora casa de bambú en lo que terminara esta misión, que sentía que había durado más de lo usual.

Miró a los miembros de su corte algo fastidiado esperando obtener una respuesta satisfactoria.

- ¿Y bien dónde se encuentra la reliquia maldita? - preguntó con desgano.

Se había movilizado él mismo en persona hasta los confines de su territorio para buscar la condenada reliquia que parecía estar afectando a los demonios de las aldeas cercanas haciendo su conducta más violenta y proporcionándoles más poder a los habitantes, esto era un pronóstico claro para el comienzo de una revuelta, estos demonios embriagados de poder solo podían traer problemas innecesarios, supo de parte del señor del pico An Ding que esto era obra de los efectos de esa reliquia, estaba en alguna parte oculta y parecía que el agua de la zona se había contaminado con su influencia, masacrar la aldea sería fácil pero no la solución dado que el agua abastecía a otras aldeas cercanas también que no tardarían en sucumbir ante su influencia.

La solución más factible entonces había sido destruir la reliquia, buscarla y destruirla, sonaba tan fácil pero la verdadera dificultad estaba en encontrarla.

Vio como Shang Qinghua luego de haber conseguido un mapa del área daba posibles indicaciones de dónde podría ser hallada la reliquia maldita.

- Pareces saber muy bien como hallarla - inquirió Luo Binghe con curiosidad.

- ¡Mi señor! He leído de ella en algunos escritos antiguos - se apresuró de decir Shang Qinghua.

- Bien, nos dividiremos en grupos, Mobei ve con Sha Hualing al oeste, yo iré con Shang-Shishu al este, el resto dispérsense en los demás puntos.

Shang Qinghua pasó saliva con dificultad, la verdad quedarse a solas con Luo Binghe era algo que sonaba aterrador.

- Guíame - le ordenó Luo Binghe con ese tono frío que le helaba hasta los huesos, Shang Qinghua asintió y comenzó a guiarle hacia uno de los posibles puntos dónde pensaba que podría encontrarse.

Sabía que había escrito de esta reliquia, pero poco o nada recordaba, al menos ir repasando en su memoria hasta dar con la información que necesitaba sobre este arco era lo único que lo ayudaría.

Hacia el este estaba una gran cueva que la verdad parecía algo tenebrosa y peligrosa, Luo Binghe al verle temblar como gelatina se adelantó para explorar, no se podía quedar afuera si sabía si había demonios y bestias feroces custodiando el lugar, se apresuró a seguir los pasos del protagonista con un talismán de fuego para iluminar la cueva.

Mientras más se adentraban Shang Qinghua encontraba esta situación incómoda, no sabía si debía decir algo para tratar de ser más cercano a su hijo y que este no tratara de matarlo cada vez que lo veía a menos de un metro del hermano pepino.

Luo Binghe se detuvo de golpe lo cual le hizo preguntar si ocurría algo.

- Silencio, algo se acerca - dijo Luo Binghe y Shang Qinghua se quedó quieto y callado, aunque algo tembloroso.

Se mantuvieron en esa incómoda tensión por un par de minutos.

- ¡S-serpiente!

Un grito escapó de los labios de Shang Qinghua cuando sintió algo trepar por su pie y enrollarse alrededor de su tobillo.

Como conquistar a un autor idiota y no morir en el procesoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora