Vuelo #133

554 103 17
                                    

Ésta es una de las peores situaciones en la que puede estar, es un tanto molesto, detesta que su cultivo flaqueara al mantenerle inmune a condiciones como esta, aunque ya Mu Qingfang le había explicado que nada podía hacer cuando llevaba su cultivo al límite tanto como para necesitar comer y beber, así como dormir.

Shang Qinghua es alguien que pierde la noción del tiempo con facilidad, encerrado en su oficina es fácil no saber cuándo es día o de noche.

Mobei-jun no es que fuera alguien que se preocupara por cosas así, él mismo solía importarle poco mantener hábitos, pero desde que se ha enamorado de este humano se ha visto obligado a aprender ciertas cosas para cuidar de él, Shang Qinghua no es un demonio, aunque es un señor del pico, resiste más que cualquier humano, tanto que a veces le parece insano que llegue hasta el límite de luego no poder moverse, pero seguir murmurando cuentas y papeleo.

Para los demonios en un principio era como si su rey se hubiera vuelto loco por el humano, le cocinaba, preparaba su baño, su cama, se encargaba prácticamente de todo relacionado con él. Era algo totalmente impensable hace unos años ver a su rey con tal devoción por un humano, o si acaso por alguien más.

La verdad es que los demonios de hielo tenían una manera particular y fría de tratar a sus cónyuges y a sus cercanos, no eran conocidos por ser tiernos y amorosos, eso era para débiles.

Pero este nuevo Mobei-jun, simplemente estaba ciego en su amor al humano.

Al principio a los sirvientes del palacio le parecía inaudito tener que servir al humano quien hasta hace poco había sido también otro sirviente solo que se había robado el corazón de su rey. Con el tiempo ciertas asperezas fueron limándose, los demonios comenzaban a apreciar la labor de Shang Qinghua, y comenzaron a comprender que había visto su rey en ese humano tan torpe y débil.

Ahora todos en el palacio de hielo se habían abocado a una simple tarea, cuidar del humano.

Ojala fuera tan fácil.

Los demonios estaban en pánico en este momento, ¿cómo había pasado esto?

El rey dejaba el palacio por un par de semanas para asistir a Lord Luo en una importante conquista, el palacio había quedado a manos del humano, todo se hecho más pesado con el tema de esta campaña que Shang Qinghua debía gestionar todo a tiempo.

Los sirvientes por más que hacían su mejor esfuerzo temieron al ver lo que el médico del palacio les decía.

- El humano está resfriado.

¿Ah?

¿Cómo era posible?

Unos a los otros comenzaron a mirarse preguntándose quien había fallado en su labor.

Se supone que sirviente A había calentado bien el agua, sirviente B había servido el té a toda hora, sirviente C había secado el cuerpo del humano con empeño, sirviente D había preparado los fideos de manera adecuada, sirviente E había pelado bien las semillas de melón y así siguieron repasando sus responsabilidades para tratar de dar con un culpable.

- No es momento para buscar culpables, necesito que atiendan mis indicaciones para restaurar su salud - se queja el médico que comenzaba a revisar las anotaciones que Mu Qingfang había dejado para casos como este.

Los sirvientes dejaron de discutir y comenzaron a trabajar.

.

.

.

-E-Está despertando.

- Quítate, déjame ver.

- Oigan cuidado ¿quieren que vuelva a enfermarse por ver sus horribles rostros?

- ¡En ese caso tu no deberías mostrar el tuyo!

- ¡Oye!

- Uhm... ¿Qué está pasando? - Shang Qinghua se sentó de golpe en la cama, el pañuelo que tenía en su frente se resbaló.

- Maestro Shang n-no se levante. Apenas acaba de recuperarse.

Los demonios a su alrededor trataban de mantenerlo en cama, otros trataban de ofrecerle té y comida.

Shang Qinghua no sabía que decir, no se esperaba tantas atenciones, pensaba que estos sirvientes lo odiaban.

- ¿Pero ¿qué está pasando aquí?

La fría voz de Mobei-jun había irrumpido en el lugar dejando a todos en silencio.

- ¡Mi rey!

- ¡Su alteza! perdone la imprudencia de estos sirvientes - todos se inclinaron ante él.

- Largo - ordenó Mobei-jun y todos se marcharon de la habitación.

- ¿M-Mi rey? ¿N-No debería estar en la campaña con mi señor?

- Ya se terminó. Recibí una carta con la noticia.

- ¿Eh? ¿C-Cuánto tiempo estuve...?

- La próxima vez haré que los sirvientes sean más estrictos, nada de trabajar una semana seguida, algunos de ellos serán instruidos para estar a nivel para ayudarte con el papeleo - declaró Mobei-jun y Shang Qinghua sintió un escalofrío.

- Lo siento mi rey, hice que se preocupara - Shang Qinghua bajó la cabeza avergonzado.

- Da igual, quería volver al palacio cuanto antes. Conseguí ingredientes nuevos para los fideos que mencionaste el otro día. Lord Luo también estaba interesado luego de conocer acerca de esto.

- ¿Eh? P-Pero eso era un rumor... - Shang Qinghua recuerda haber escuchado un rumor de unos fideos deliciosos hechos con ingredientes peculiares de una zona al este - ¡Espera! n-no me diga que toda esta campaña fue para... ah, va a hacer que me enferme de nuevo... - dice Shang Qinghua sin creerse todavía que se haya iniciado tal plan de solo por unos fideos.

.

.

.

-Maestro Shang, ¿ya se encuentra mejor?

- S-Si, todo es gracias a ustedes - Shang Qinghua le sonrió al grupo de sirvientes.

- No tiene que agradecernos, solo hacíamos nuestro trabajo - dice uno de los sirvientes.

- Es cierto - secunda otro.

- Por cierto, que está cocinando. - los demonios estaban curiosos al ver la masa que Shang Qinghua había sacado del horno con formas extrañas.

- En el norte no suelen hornear o cocinar la comida así que estaba pensando en usar parte de los ingredientes que mi rey trajo de su campaña, estas son galletas. Huelen bien ¿no? - Shang Qinghua no dudaba de sus habilidades de pastelería, después de todo se había ganado su puesto por algo como esto - Pueden comer las que quieran. Son para agradecer que hayan cuidado de este maestro tan descuidado - dice algo apenado.

- ¡Maestro Shang!

Estos demonios que se quejaban de que su rey había perdido la cabeza por un humano ahora perdían la suya por la misma razón.

Como conquistar a un autor idiota y no morir en el procesoWhere stories live. Discover now