Vuelo #30

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Para ambos demonios la relación que sus esposos tenían era algo envidiable, motivo de celos y malentendidos en muchos casos, normalmente se escuchaban las risas desde la sala de té y los comentarios jocosos entre ambos en un dialecto poco entendible para los demonios.

Entonces si todo era demasiado armonioso entre ambos ¿qué había salido mal?

- ¡Hmp! nos vamos mi rey, este Shang Qinghua ha tenido suficiente de escuchar los comentarios de "ese" señor del pico - dijo repentinamente Shang Qinghua caminando hacia Mobei-Jun con una mueca de enojo que pocas veces lograba ver en el pequeño cultivador.

- ¡Ja! pues no olvides llevarte esta tontería contigo - Shen Qingqiu había arrojado a sus pies lo que era un colgante cuyo dije parecía estar a la mitad, lo cual indicaba que su otra mitad estaba extraviada o pertenecía a otra persona.

Shang Qinghua al ver como su amuleto de la amistad había sido arrojado esa manera frunció el ceño, tratando de contener sus lágrimas ante la aparente frialdad con la que le miraba Shen Qingqiu detrás de su abanico entonces terminó por arrojar el colgante que el traía consigo mismo a los pies del otro para marcharse de la casa de bambú.

Ambos demonios se vieron las caras completamente descolocadas, Mobei-Jun apenas reaccionó yendo tras Shang Qinghua.

Nunca hubiera esperado que ambos pelearan de esta manera.

Shang Qinghua le había pedido a Mobei-Jun volver al palacio de inmediato y entonces cuando llegó lo vio correr a su habitación y meterse bajo las sabanas de su cama.

Para Mobei-Jun era completamente irracional su comportamiento, nunca se había encontrado con una situación como esta, así que no sabía muy bien que hacer, se acercó con precaución viendo el bulto que apenas temblaba bajo las sabanas, pudo escuchar el leve sonido que hacía Shang Qinghua al sollozar, entonces se percató de que quizás el otro había estado conteniendo las ganas de llorar hasta que llegara al palacio.

- Qinghua - trató de llamar al otro, pero este no se dejó ver.

Normalmente era Shang Qinghua que lo animaba y mejoraba su humor luego de un día estresante, él no sabía bien como animar a un humano, intentó quitarle la sabana, que no sería algo muy complicado con su fuerza, pero Shang Qinghua era un tanto escurridizo que no se dejaba ver y de aferrarse a la sabana.

Mobei-Jun entendió que era inútil sacarlo de allí así que trató de hablarle nuevamente.

- Qinghua, ¿qué pasó con el consorte Shen?

- Nada...- Mobei-Jun alzó una ceja, esto parecía muy grave como para ser "nada", de repente Shang Qinghua siguió hablando - El hermano pepino es muy malo conmigo, ya no somos amigos - Mobei-Jun la verdad no se creía lo que escuchaba - Quiero estar solo, no quiero ver a nadie.

Mobei-Jun entonces lo dejó en la habitación, pensó que quizás se mejoraría después de unas horas, pero la puerta de la habitación siguió cerrada, entonces se percató que pasaron días y Shang Qinghua no quería salir de la habitación, siempre estaba debajo de las sabanas, apenas comía los fideos que le había preparado y evitaba mirarle.

Realmente Mobei-Jun comenzó a extrañar la sonrisa de Shang Qinghua.

Una noche no lo dejó ir, y lo obligó a quedarse con él en la habitación, Mobei-Jun accedió, pero Shang Qinghua no hizo más que balbucear y moquear sobre sus túnicas, entonces decidió emplear aquella técnica humana que había aprendido colocando sus brazos alrededor de la cintura del otro, los humanos se sentían mejor después de un abrazo ¿no?

Ya llevaba así más de una semana, Mobei-Jun se preguntaba cuanto más duraría esta situación.

"No saldré hasta que el Hermano Pepino se disculpe" había dicho la última vez que le habló para entonces no salir de su habitación.

Desde el lado de Luo Binghe no era mucho mejor la situación, desde hacía una semana que su Shizun lo había sacado a patadas de su habitación y lo dejaba dormir fuera, el humor de Shen Qingqiu no era el mejor, tenía una expresión oscurecida, nada que ver con la serena y pulcra que tenía siempre, ciertas veces mascullaba con enojo el nombre de Shang Qinghua.

"No saldré hasta ese idiota de Avión se disculpe" dijo la última vez que habló.

Ambos demonios ahora estaban reunidos, la situación entre sus esposos se escapaba de las manos, en situaciones normales estarían felices porque ambos no fueran tan cercanos y así dedicarles toda su atención, pero viendo como toda su vida se desequilibraba por su estúpida "ruptura", debían hacer algo para devolver la normalidad a sus vidas, en especial a su vida sexual.

- Tenemos que hacer que se disculpen - dijo Mobei-Jun con resignación.

- Shizun no quiere disculparse si Shang-Shishu no lo hace primero - explicó Luo Binghe.

- Shang Qinghua tampoco quiere disculparse si el consorte Shen no lo hace primero - silencio incomodo, ambos demonios se sentían entre la espada y la pared.

- Tengo una idea - dijo Luo Binghe repentinamente como si hubiera sido iluminado, Mobei-Jun le vio con atención - Si uso mi sangre en Shang-Shishu y hago que se disculpe con mi Shizun todo estará solucionado - Mobei-Jun alzó una ceja, su conocimiento de costumbres y relaciones humanas era pobre pero no estaba muy seguro de que esto resultara muy bien, tampoco le agradaba la idea de que Shang Qinghua bebiera la sangre de otro demonio.

- No funcionará - dijo Mobei-Jun, Luo Binghe hizo una mueca de desagrado - Ambos deben disculparse, lo mejor será llevarlos a un lugar donde se puedan encontrar.

- Mi propuesta era más rápida y sencilla - dijo Luo Binghe.

Tuvieron que acordar un lugar en común, lo mejor sería hacer que se encontraran en la secta Cang Qiong...

Shen Qingqiu había ido bajo la excusa de Binghe, de que le haría bien ver a sus estudiantes. Shang Qinghua terminó allí por un portal que llevó directo a un pico sin saber exactamente cuál.

No fue muy grata fue la sorpresa al encontrarse ambos señores del pico frente a frente.

La mueca de desagrado en sus rostros fue lo primero en notarse, ambos demonios observaban todo a la distancia detrás de un árbol esperando que todo saliera bien, al principio parecía que ambos se estaban evitando, luego comenzaron a hablarse - dígase gritarse improperios en ese dialecto extraño suyo - ya luego todo había escalado demasiado rápido y cuando se dieron cuenta ambos estaban tirando de sus cabellos y rostros a modo de pelea.

Era como ver a dos gatos callejeros peleándose.

Luo Binghe miró de reojo a Mobei-Jun como si le dijera un silencioso "te lo dije" ambos se quedaron viendo a la expectativa de ver como terminaría esto, no parecía hacer algún riego en su modo de luchar, después de todo no parecía algo mortal, o eso pensaban hasta que Shen Qingqiu sacó a Xiu Ya y Shang Qinghua no tardó en desenvainar su espada, ahora parecía estar enfrentados de una manera peligrosa.

Al menos no había sangre, al menos no causada por las espadas, los puños y golpes que ambos señores del pico se habían intercambiado dejaban ver algunos moretones en sus rostros. Ciertamente los demonios estaban extrañamente fascinados aunque quizás ya era suficiente, ver a sus esposos lastimarse de tal manera tampoco era agradable, en un punto las espadas terminaron en extremos opuestos clavadas en el suelo, sus dueños parecían haberse gastado sus energías en hacer que sus espadas lucharan por ellos, ahora estaban exhaustos y solo parecían abofetearse entre ellos con las pocas energías que le quedaban, sus ojos llorosos no eran muy alentadores, hasta que ambos rompieron en llanto y ridículamente se abrazaron para luego disculparse.

- No fue mi culpa.

- No fue la mía...

Ambos demonios no entenderían jamás que comenzó y terminó esta ridícula pelea entre sus esposos, simplemente ahora parecían muy tranquilos preguntándoles a sus esposos si podían tener un cuenco de fideos para ellos.

Notas finales: traté de imaginar una pelea de otacos y solo terminé con la imagen mental de pikachu vs pikachu dándose cachetadas XD espero que les haya gustado.

Como conquistar a un autor idiota y no morir en el procesoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora