Serie de Drabbles y Oneshots donde Mobei-Jun trata de conquistar a su tonto y despistado sirviente, hará lo que sea o morirá en el proceso. Tambien historias inconexas sobre momentos de su relación.
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Advertencias: este será un capítulo duro y muy desgraciado porque me dio la gana de escribirlo con motivo de Halloween, contiene Rape/Violación explicita y NTR/Netorare (si no saben, pueden googlear), por lo que si deciden leer esto es bajo su riesgo, no pienso tolerar comentarios quejándose porque ya les estoy advirtiendo de antemano lo que van a leer... así que sin más es bajo su propio riesgo. Algo esto es trama de hentai genérico, así que los diálogos serán algo... ya saben, pero bueno esto es solo durante este capitulo no se preocupen que esto no seguirá en próximos capítulos.
Linguang-Jun estaba frustrado, enojado e irascible, haber perdido todo aquello que pudo pertenecerle ante su hermano y su hijo que ahora era su legado, era molesto, pero nada superaba la humillación que había sentido al ver a ese humano que había osado interponerse en sus planes, haciéndolos añicos.
El frío comenzó a congelar todo a su paso, era evidente que cuando Linguang-Jun estaba enojado no se medía, su sala estaba congelada por completo, una fina capa de hielo cubría las paredes, piso y techo, y para desgracia de unos, uno de sus sirvientes resultó convertido en una estatua de hielo, que no dudó en destruir en medio del arrebato de ira.
Quería tomar a ese humano y destruirlo, quería hacerle pagar de la peor manera, haber lastimado su pierna y haberle dado unos cuantos golpes hasta hacerle sangrar solo fue una caricia, ni siquiera gritó como para dejarle muy a gusto.
Supo por espías dentro del palacio que su sobrino y ese humano habían regresado al palacio a salvo, incluso para hacer más impactante el informe de este sirviente, algo llamó su atención y fue cuando mencionó que su sobrino había cocinado especialmente para este humano, el mismo le vio usar la cocina y preparar unos llamados "fideos" para el humano.
Un demonio de sangre pura, un rey, rebajado a servir a un humano, preparar comida humana con sus propias manos.
Era un chiste, una broma desagradable.
Ese humano, un mero sirviente insignificante, así se había atrevido a describirse, con menos valor que una mota de polvo, pero cuan idiota había sido para dejarse llevar por sus palabras, era más que claro que ese humano no era nada irrelevante para su sobrino, era más importante de lo esperado y se había dejado engañar, lo había manipulado, así como manipulaba a su sobrino, quien estaba rendido a los pies de esa rata humana.
Era hora de visitar a su sobrino, pensó.
Pisar la fortaleza de hielo del norte se sentía un tanto hostil, estaba más que claro que su sobrino no había dudado en advertir de su presencia por lo que los sirvientes parecían reacios a dejarle entrar, pero ellos no eran nada que no pudiera manejar, de un golpe mató a un par de ellos que custodiaban la entrada, no quería hacer sonar la alarma del lugar por lo que terminó por escabullirse de manera ágil pasando de los estúpidos sirvientes.
Ya encontrándose adentro ¿Dónde podría estar el maldito humano?
Siguió caminando por los pasillos revisando habitación por habitación hasta que comenzó a hartarse, se estaba tomando demasiadas molestias por esa basura, hasta que escuchó a un par de sirvientes hablar sobre llevar algo de agua caliente a un lugar.
