Vuelo #57

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- Mi rey, esto es todo por hoy, lo mejor será que me retire, hoy no habrá buen clima - Mobei-Jun escucha decir a Shang Qinghua con premura y aunque no quisiera que se marchara de la habitación le concede el permiso de retirarse sin perder de vista ni un solo paso.

Le hace pensar que Shang Qinghua siempre tiene prisa cuando ve el cielo tornarse color un color oscuro.

Shang Qinghua sigue siendo un misterio para él, aunque trata de acercarse con precaución Shang Qinghua a veces le parece esquivo aunque de cierta manera ha correspondido a su cortejo.

Ahora Shang Qinghua ha vuelto por unos días a la Montaña Cang Qiong, Mobei-jun se siente un poco solo aunque esté rodeado de sirvientes en el palacio, la presencia de Shang Qinghua se ha hecho algo tan vital para él como respirar, saber que siempre le tiene a su lado es algo que le hace confiarse encontrándose hablándole a la nada pensando que Shang Qinghua está allí.

La verdad no le gusta cuando Shang Qinghua abandona el palacio aunque sean unos pocos días, Shang Qinghua le ha hecho prometer que no irá a su pico a buscarle, la situación debido a su traición en la secta es un poco delicada aunque mantiene su estatus de señor del pico.

"Lleva esto contigo"

"¿Mi rey? ¿Esto que es?"

"No estoy a tu lado para protegerte pero si me necesitas solo llámame usando este prendedor y allí estaré"

Mobei-Jun siente que no puede hacer más nada, aún así se preocupa. Shang Qinghua ha pasado de mirarle con el temor que le caracterizaba y de temblar a su lado a sonreírle y hablarle con más confianza, luego de haber dejado de lado aquellos malentendidos pensaba que estaba en el camino correcto, pero siempre sentía que había un muro invisible entre ambos, Shang Qinghua siempre parecía evitar hablar sobre si mismo y sobre las cosas que le gustaban, lo único de lo que tenía certeza era de que le gustaban los fideos, le disgustaban los golpes y el frío en exceso.

Quizás al hacerse más cercano a Shang Qinghua y comprender lo que sus sentimientos significaban como para percatarse de que algo no estaba bien con Shang Qinghua. Él confiaba en Shang Qinghua pero quería que Shang Qinghua confiara en él como para decirle lo que le aquejaba.

Sencillamente era molesto para él sentarse a esperar.

Lo único que pensaba que podía hacer mientras Shang Qinghua estuviera fuera era tratar de seguir adquiriendo conocimientos del mundo humano y perfeccionar su técnica en la cocina.

- Últimamente es difícil atender a las ciudades fronterizas, el mal clima ha entorpecido el comercio de mercancías con el mundo humano- escuchó a uno de los sirvientes dar su reporte, para establecer cierta paz y coexistencia con los humanos se había decido hacer un "ensayo" como había sugerido Shang Qinghua, una de las ciudades más cercanas a la frontera entre ambos mundos servía como puerta de intercambio y para mejorar las relaciones entre ambos mundos, era extrañamente prospera, los humanos también parecían interesados en las rarezas que sus tierras podrían proveer, no era que aceptara del todo a los humanos en su territorio pero dar este paso era muy significativo, lo hacía solo porque confiaba en Shang Qinghua.

- Explícate - ordenó Mobei-jun.

- En estos momentos en el mundo humano hay un gran tifón, realmente son días duros, pero nada comparado a una tormenta de hielo en invierno, los humanos son débiles ante los cambios climáticos, realmente no conocen la ferocidad de la naturaleza...

Mobei-Jun simplemente pidió que el sirviente se retirara, los días lluviosos o de tormenta no eran sus favoritos, pero tenía que decir que a diferencia del clima del mundo demoniaco el del mundo humano era una caricia, pero sentía que le preocupaba...

La sensación dolorosa en su pecho como si le estuvieran apuñalando y casi no pudiera respirar se había apoderado de él, llevó una mano a su pecho intentando calmar aquella sensación dolorosa tan terrible, entonces al ver el prendedor de jade en su mano supo lo que pasaba.

Shang Qinghua estaba en peligro.

Sin dudarlo abrió un portal aunque Shang Qinghua le había hecho prometer que no iría a la montaña Cang Qiong.

El portal se abrió en la casa de descanso de Shang Qinghua, este lugar no era como lo recordaba, las puertas y ventanas cerradas oscurecían el lugar apenas iluminado con una pequeña lampara sobre el escritorio.

Podía percibir el aroma de Shang Qinghua en el lugar, estaba cerca...

El sonido cortante de un trueno resonó con fuerza y debil quejido se escuchó en la casa.

Mobei-Jun aunque no podía ver a nadie frente a él, aquel sonidito le llevó frente a un armario de madera cuyas puertas estaban cerradas, sin dudarlo abrió ambas puertas entonces allí se encontró con aquella imagen llorosa y temblorosa que escondía su rostro entre sus piernas al escuchar el resonar de aquella tormenta.

Shang Qinghua sostenía con fuerza en sus manos el prendedor que le había dado, el dolor que sentía en su pecho era más intenso.

Realmente Shang Qinghua estaba sufriendo.

Mobei-Jun simplemente le tomó en sus brazos, el otro aún temblando se había abrazado a él con una fuerza inesperada que Mobei-Jun no supo como responder, sin dudarlo abrió un portal al palacio.

Tomó un par de minutos para que Shang Qinghua se calmara, entonces cuando reaccionó finalmente se percató que estaba en el palacio de hielo, en la recamara de su rey y abrazándolo.

- ¿M-mi rey? - se sentía algo desorientado, no recordaba como había llegado aquí. De inmediato la vergüenza le invadió al ver la manera en la que estaba abrazando a su rey.

-Qinghua me llamó- Mobei-Jun la había sostenido evitando que se apartara de su lado, Shang Qinghua sentía que su corazón latía como loco - Sentí que ibas a morir... era doloroso.

- Yo... lo lamento mi rey, le he hecho pasar por un mal rato... - Mobei-Jun limpió las lagrimas de su rostro, Shang Qinghua se dio cuenta de que seguro era un desastre para variar.

- Este rey quiere saber, quiero saber que te causa dolor y apartarlo de ti - escucha la voz de Mobei-Jun tan imperturbable como siempre pero con un leve tono de suplica, realmente Mobei-Jun quiere que Shang Qinghua le diga lo que le sucede.

Shang Qinghua se limpia el resto de su rostro humedecido y respira hondo buscando calmarse, y baja su cabeza como si estuviera avergonzado.

- Este Shang Qinghua es realmente un cobarde, me da miedo los truenos y relámpagos, las tormentas solo auguran su llegada, no quiero temerles, pero mi cuerpo no reacciona y solo recuerdo aquella sensación tan horrible como si estuviera muriendo, porque es lo ultimo que recuerdo de aquel día... - Shang Qinghua no esperaba que con lo tonta que sonaba su muerte accidental en su vida anterior de la cual se burlaba en ocasiones por ser algo tonto y fortuito le dejara cicatrices tan profundas, porque lo ultimo que recuerda de aquel día es el miedo que sintió antes de morir y como su cuerpo se paralizó ante la alta tensión, su alma recuerda bien aquello y pareciera su su cuerpo actual reconoce ese miedo como propio.

Mobei-jun no alcanza a entenderlo del todo sus palabras, pero igualmente hay algo que entiende esa sensación dolorosa que ha marcado a Shang Qinghua, no quiere que Shang Qinghua sufra por eso, con sus manos acerca la cabeza de Shang Qinghua a su pecho y éste se paraliza, aún así se siente extrañamente bien, puede escuchar el corazón calmo y pacífico de su rey como las manecillas de un reloj, un sonido tan acojedor que le hace sentir en casa.

Mobei-jun hace una promesa silenciosa, el siempre estará allí para Shang Qinghua, sintiendo el cuerpo de Shang Qinghua relajarse ambos comparten el silencio y lo único de ese momento para ellos.

Como conquistar a un autor idiota y no morir en el procesoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora