Vuelo #54

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El reino demoniaco está en constante agitación, no es sorprender que haya disputas internas y guerras constantes, aunque la llegada de Luo Binghe ha significado una extraña ola pacifista en la cual el mismo se ha adueñado y conquistado estos territorios rebeldes, la fuerza que ejerce Luo Binghe junto a Mobei-Jun es de temer para los demonios.

Realmente valientes o muy idiotas se catalogaban aquellos que se oponían y generaban nuevas revueltas cada cierto tiempo. Muchos demonios no estaban del todo contentos que fueran gobernados por un mitad humano, muchos de ellos aborrecían a los humanos otros no soportaban a idea de que una especie tan débil tuviera influencia sobre ellos, quizás lo que les terminó por enfurecer fue que el soberano emperador cayera a los pies de un humano cultivador.

Shen Qingqiu era odiado por seducir a su emperador de alguna manera y reducirlo a un perrito faldero, igual nadie podría decir palabra alguna al respecto, quien dijera algo sobre el consorte de su emperador era desmembrado de la manera más cruenta y sangrienta posible.

Entonces los demonios decidieron que no podían hacer nada por ese lado, al menos Shen Qingqiu no ponía un pie o tomaba decisiones sobre sus pueblos... aunque si había un humano con demasiado poder a sus ojos, un humano que se había estado escondiendo como rata detrás de los muslos de sus señores.

Ahora Mobei-Jun anunciaba su compromiso con el humano Shang Qinghua, muchos se preguntaban ¿quién era?, a otros se les revolvía el estómago de que tal cosa fuera posible, no era más que un sacrilegio, un insulto a cientos de años y tradición demoniaca.

Porque la actitud de Shang Qinghua no era tan pasiva como la de Shen Qingqiu, el humano era quien controlaba todo tras bambalinas, con simples comentarios había sido el responsable de manera indirecta de convertir a su emperador en un perrito faldero, muchos no auguraban nada bueno para Mobei-jun.

El humano era una amenaza, muchos no podían soportar la idea de que se paseara tranquilamente por los pasillos del palacio de hielo, muchos habían estado a la expectativa de que su rey acabara con él en cuanto terminara de ser de utilidad en su labor como espía, pero en lugar de acabar con él comprometerse con él era algo que podría enfurecer a muchos.

Ahora el humano parecía una joya en el palacio, custodiado por guardias que le seguían por doquier, siendo atendido por los sirvientes, se le preparaban los mejores banquetes del reino demoniaco para su deleite y se le daba a vestir las joyas y pieles más finas.

Acabar con él no sería una tarea fácil cuando estaba tan vigilado, los sirvientes y guardias que desobedecieran las órdenes dictadas por su rey no tardaban en ser ejecutados, al humano no le parecía gustar mucho la violencia así que simplemente aquellos que osaran alzar la voz o tocarle de manera inapropiada o amenazante eran llevados discretamente a ciertas cabañas alejadas del palacio y allí emprendían su último viaje para que ni sus gritos tuvieran el descaro de perturbar la tranquilidad del humano.

Totalmente desagradable.

Acabar con él no sería fácil, solo a un demente se le ocurriría tal cosa sabiendo el destino que podría esperarle. Pero a estos demonios no les importaba acabar hechos comida para bestias, si podían eliminar la influencia humana de su mundo.

Si sus señores no eran capaces de combatirla ellos lo harían como demonios orgullosos.

No era secreto para nadie que muchos pensaran que eran los más aptos para gobernar, la fuerza ridícula de Luo Binghe y Mobei-Jun era de temer, pero, aunque Mobei-Jun se había hecho considerablemente fuerte luego de su ceremonia de ascensión, estaba más que claro que él era más débil que Luo Binghe.

Es por eso que ahora se había convertido en el objetivo a destruir, si al menos lograban acabar con él probarían su valía y quien sabe podrían destruir a Luo Binghe al no tener el apoyo del Norte.

Como conquistar a un autor idiota y no morir en el procesoWhere stories live. Discover now