Vuelo #81

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Mobei-jun se siente frustrado, nunca esperaría que el simple hecho de ser un demonio le jugaría tanto en contra, siempre ha considerado que los demonios son mejores a los humanos, él ha sido criado en la realeza, posee poder y título envidiables, pese a todo lo que tiene a su disposición y que lo respalda como un candidato más que elegible para cualquiera, después de todo, Luo Binghe al estar casado con Shen Qingqiu, Mobei-jun es el soltero más cotizado en el reino demoníaco, por su linaje y posición.

Se ha confiado pensando que no necesita hacer más, que todo vendrá a él como el agua sigue su curso natural en un río, pero Shang Qinghua no ha venido a él, más bien mantiene su distancia. Ya no le pega, entiende que eso está mal para los humanos, solo es válido entre demonios, le recompensó preparando su platillo preferido como agradecimiento por lo de Linguang-Jun, para reforzar el lazo entre ellos, para hacerle saber sus intenciones, aun así no parece ser suficiente.

Así que hace lo que sabe, a los humanos les gustan los regalos, entonces comienza a llevar al palacio sus premios de caza, bestias temibles como raras son llevadas aún sangrantes a los pies de un Shang Qinghua muy horrorizado, tesoros invaluables son recolectados para Shang Qinghua, joyas y telas finas, pero Shang Qinghua solo sonríe y no parece muy impresionado, solo felicita a Mobei-jun por sus esfuerzos, y ordena dejar todo en la bóveda del palacio.

No tiene ni idea de que más hacer.

Siente que el tiempo se le acaba. Shang Qinghua es... Cada vez que lo mira encuentra algo nuevo y fascinante, sus extraños gestos al morder el pincel con el que escribe, la manera en que su peinado luego de varias horas luciendo algo desarreglado le hace lucir aún mejor, su tonta risa, la manera en que recoge su cabello con un simple pincel luego de pasar horas pensando y que se le olvide dónde lo ha puesto, su bella caligrafía e inteligencia, podría pasar horas detallando cosas de Shang Qinghua.

Ha tomado una decisión y decide ir a ver a su superior. Cree que es poco decoroso pedir un consejo así pero el emperador le escucha con atención al ver su gran frustración.

Luo Binghe le dice que no pasa nada, después de todo le debe una por el consejo que Shang Qinghua le dio con su Shizun. Actuar lamentable quizás no funcione cuando es Shang Qinghua quien actúa de esa manera...

Una extraña idea se cruza por la mente de Luo Binghe y mira como si estuviera iluminado a Mobei-jun.

- Lo tengo - Luo Binghe saca de su saco qiankun un libro. Mobei-jun alza una ceja mirando curioso el libro y Luo Binghe se explica - Escuché a Shizun el otro día, hablaba de que el verdadero autor de este libro no es otro más que Shang-shishu.

¿Shang Qinghua escribía un libro como este bajo sus narices y él no se había percatado?

- El libro del "amor en la casita" es muy famoso Mobei, mucha gente lo compra, y me ha sido muy útil - dice Luo Binghe - No pensé que el autor fuera Shang-shishu, pero Shizun dijo que era un nombre falso.

Para Mobei-jun no era secreto que a Shang Qinghua le gustara la escritura pero desconocía por completo esta vida secreta que tenía.

- Shizun dice que estos libros representan las cosas que de manera inconsciente le gustan a Shang-shishu, así que para conquistarlo debes leer esto, te recomiendo este pasaje es muy bueno.

Mobei-jun comenzó a ojear el libro bajo el consejo de Luo Binghe. Así que debe usar esto para conquistar a Shang Qinghua, lo hará. Esta vez no fallará.

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Shang Qinghua siente una extraña paz al ver que Mobei-jun últimamente ha estado más ocupado de lo usual como para vigilarle constantemente, no es que la presencia de su rey le moleste pero tener esa mirada aterradora vigilándole día y noche le ponía algo nervioso, aunque hablando del rey de Roma, casi se le caen los papeles que tenía en la mano cuando decidió reorganizar ciertos documentos, Mobei-jun solo entró haciendo gala de su imponente presencia, se recarga de la puerta con los brazos cruzados y mira a Shang Qinghua con intensidad que siente como si estuviera desnudo frente al otro.

- ¿Y...a qué hora vas por el pan?

Shang Qinghua está petrificado sin creer lo que lo que ha escuchado, debió ser una broma del sistema o un glitch... Luego mira a su rey que parece esperar alguna respuesta pero él no puede abrir la boca.

- ¿Están lloviendo estrellas o solo tú caíste del cielo?

-...

-No sé si soy tu tipo, pero ¿por qué no nos damos una oportunidad para averiguarlo?

-¡...!

-Tienes la sonrisa que quiero darle a mis herederos.

Mobei-jun al no ver reacción por parte del otro recurre a sacar el libro para leer alguna de frase que se le haya pasado por alto.

Para Shang Qinghua ese movimiento no ha pasado desapercibido, es más, le da algo de escalofríos saber lo que su rey ha estado leyendo que de inmediato corre a arrebatárselo de las manos.

- ¡M-mi rey no debe leer esto, no, nunca, este libro es horrible, alguien como mi rey no debe leerlo! - dice Shang Qinghua nervioso tratando de quitárselo pero Mobei-jun pone el libro por encima de su cabeza.

-Este libro lo ha escrito Shang Qinghua, ¿Por qué no debería leerlo?

- ¡Porque lo hice yo! es terrible, ya el hermano pe-Shen me ha dicho lo que está mal con él, por favor no siga leyéndolo, mucho menos recitando esas frases vergonzosas.

- Pero a Shang Qinghua le gustan esos cumplidos, Shang Qinghua escribe en sus libros las cosas que le gustan - Shang Qinghua se siente expuesto, su rostro está rojo de la vergüenza.

-S-si pero, esas cosas no debe decírmelas a mí, se supone que mi rey debe decírselo a quien le guste... O es que esto es obra del hermano Shen, le han engañado para que me haga bullying con mi propia obra, esto es tan vergonzoso mi rey.

-Entonces estoy en lo correcto por decirle eso a Shang Qinghua, Shang Qinghua es quien le gusta a este rey.

Shang Qinghua deja de luchar sintiéndose una masa de nervios, su rostro está sonrojado a no más poder.

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Shen Qingqiu suelta una carcajada muy fuerte y golpea la mesa.

- Solo así te ibas a dar cuenta de lo idiota que eras. No sabes cuánto quería golpearte cuando Binghe trató de decirme un cumplido así de malo.

- Hermano Pepino, es que... Ahora no puedo ver a mi rey a la cara, le hice decir todas esas cosas.

- Al menos le funcionó - dice Shen Qingqiu como si nada viendo la hermosa horquilla de cristal en el cabello de Shang Qinghua.

Como conquistar a un autor idiota y no morir en el procesoWhere stories live. Discover now