Vuelo #46

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Las relaciones diplomáticas entre el norte y el sur eran algo complicadas, por no decir tensas ahora que Luo Binghe había conquistado gran parte del territorio del reino demoníaco gracias a sus alianzas con el reino del desierto del norte, el sur parecía estar pasando por un momento de bastante tensión al ver al norte como una amenaza cada vez más grande.

Incitar a una guerra sería muy fácil en las condiciones en que estaban, pero el sur no estaba en condiciones, simplemente perderían por la mayoría numérica, aun así, su ejército era feroz y entusiasta, también temido por su brutalidad, estaba más que claro que podría resultar en una lucha encarnizada.

Avión disparado hacia el cielo sabía de esto mejor que nadie, había querido proponer una breve mediación ante el constante conflicto entre el norte y el sur. Después de todo ambos eran enemigos naturales, demonios de hielo y fuego.

Ver ahora el norte y el sur reunidos en medio de una negociación sobre una de las aldeas en su frontera era algo que le provocaba escalofríos, la aldea ubicada en el límite de ambos reinos era vital, por el simple hecho de controlar sus recursos al poseer lo que se podría llamar un clima perfecto para cultivar provisiones y como punto estratégico por tener el río que servía de frontera de su lado.

Le parecía curioso que el rey del sur accediera venir al Norte sin rechistar, claramente su movimiento era una provocación por si algo le pasaba en el norte podría terminar en la declaración de guerra que tanto temía.

El duelo de miradas entre gobernantes se había llevado un buen rato hasta que decidió intervenir de manera descarada aclarando su garganta.

- Cuánta tensión, se podría cortar con un cuchillo ¿no le gustaría probar el mejor té que nuestro palacio ofrece? - su movimiento era pésimo, pero esperaba que al menos mostrar hospitalidad aliviara el ambiente.

El rey del sur alzó una ceja como si le hubieran contado un chiste, no se esperaba que el norte tuvieran un té caliente, vio como aquel sirviente que resultaba ser el asistente de Mobei-jun era quien servía el té, obviamente un humano y por la espada en su cintura un cultivador, la corona en su cabello indicaba que tenía un rango alto, de inmediato se ganó su atención, ya que la simple incógnita de que hacia un humano en una tierra de demonios le parecía desconcertante pero luego encontró la respuesta al escucharlo presentarse como Shang Qinghua.

El rey tomó el té con cautela, estaba muy bien, a decir verdad, en el reino demoníaco no se solía beber té calmadamente, más bien estaban acostumbrados a beberse la sangre de los demonios caídos en batalla, de otras bestias o el alcohol.

El rey del sur no dijo nada, pero su silencio dijo más por el de lo que esperaba, Shang Qinghua parecía más calmado con aquella sed de sangre disminuída, ahora procedía a explicar sobre las intenciones del norte con la aldea que se estaban debatiendo en este momento.

Cómo era de esperarse los demonios eran tercos, Mobei-jun no iba a ceder, su reino dependía de muchas de las cosechas y bestias que se conseguían en ese territorio, para el sur quizás no sería tanta la perdida, pero resultaba una ventaja tener un pie del otro lado del río, aun así, era terreno valioso considerando que en ambos reinos había en su mayoría tierras áridas o congeladas dónde no solía crecer mucho alimento.

Shang Qinghua sugirió un receso cuando las cosas estaban subiendo en intensidad, en un punto el rey del sur era imprudente, Mobei-jun era frío y calmado pero su paciencia también tenía un límite, eran dos demonios OP quizás Mobei-jun estaba en ventaja de terreno, pero nada garantizaba que no pudiera recibir un ataque fatal de esas garras de fuego, que una vez te perforaban dejaban tu carne ardiendo lentamente extendiéndose dentro del cuerpo de su contrincante.

Como conquistar a un autor idiota y no morir en el procesoWhere stories live. Discover now