Capítulo 20 ~ Verdades (6)

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(P.o.V. Nicholas)

Han pasado siete días y noches. Mayra y Dreyx siguen siendo cuidados de cerca por los sanadores de aire. Pero en el resto de Orholt, la vida retomó su curso, para casi todos.

— Necesito hablar con ella.

— Nadie me avisó que vendrías Nicholas, no debería...

Levanto una ceja y miro fijamente a Camille, si realmente piensa que me voy a ir sin ver a Amelia está muy equivocada. Eventualmente se rinde, y se mueve, dejándome pasar hacia la prisión donde está ella. Avanzo por el corto pasillo que me separa de esa habitación y cierro la puerta detrás de mí. Por delante una ventana circular con barrotes es lo único que me permite ver el cuarto frío donde tenemos retenida a Ame. Me siento en la única silla de este lado de las barras y me aclaro la garganta.

— Si, si, ya te vi.— Ame se levanta de la cama y se acerca a los barrotes.— Ya comenzaba a extrañarte, compañero...

— Te dije que vendría siempre que pudiera, no soy de los que rompen sus promesas.

— ¿Realmente tendremos esa conversación? Desde el momento en que fuiste a mis espaldas para ayudar a esa chica, desde ese momento rompiste una tras otra todas las promesas que me hiciste desde la primera vez que nos conocimos Nick.

Me rasco la nariz y después me paso la mano por toda la cara. Detesto que tenga razón.

— Pero sigo aquí Ame... Soy el único que viene a verte.

Ella se sienta en el alféizar de la ventana circular, y se recuesta sobre la misma. Tiene el suficiente espacio de su lado para hacerlo, y se queda mirando el techo en silencio.

Me acerco a ella y me siento de este lado de la jaula. Ella pasa su mano entre los barrotes, y yo se la agarro. Me siento cómodo con ella y nos quedamos así, juntos.

— No puedo detenerme ahora Nick...

— ¿A qué te refieres?

— Quizás tú no lo sepas, pero Adam lo vio en mi mente de seguro. Simplemente no puedo esperar sin actuar, no puedo dejar de empujar a Mayra al borde.

— Algo me mostró... Pero poco, solo pude comprender que tenías razones para hacerlo, pero en algún momento mi moral pesó más que mi fe ciega en tus razones.

— Te necesito... Nicholas... Es que es algo que está siempre en mi cabeza, a veces creo que voy a perder la cabeza. Pero contigo Nick, me puedo centrar, no me siento sola... Puedo sentir cuando estás conmigo Nick.

— Amelia... Lo que vi, lo que me mostró Adam, de no sentir nada, de perder toda consciencia de todos los sentidos, ¿Eso cuando fue?

— Cada vez que me equivocaba o cometía un error, necesitaba un milagro para que no me castigaran con eso. Era una niña la primera vez que me lo hicieron. Mi tarea era ingresar al orfanato en el cual estaba Mayra y hacerme amiga de ella... Y ella no quería ni hablarme, seguía estando triste por todo lo que le había pasado. Entonces me fui a mi habitación, no quería molestar.— Se queda en silencio unos segundos.

— ¿Y qué pasó...?

— Me comunicaron que si no quería hablar con ella, no hablara para nada. Y se llevaron mi voz.

— ¿Cómo...?

— Es un don que elimina u otorga los sentidos Nick, que se usa como forma de tortura en algunas ocasiones. Solo he conocido una persona que pudiera hacerlo a distancia y él... es implacable, despiadado. Te sonríe y te convence de hacer cosas, pero si no las haces...— Un escalofrío desciende por la espalda de Ame, ella se mueve ligeramente, y aprieta su agarre sobre mi mano. Pero tras unos segundos se relaja un poco.— Lloré esa noche, en silencio, sin poder contarle a nadie lo que me pasaba. Solo tenía cuatro años, todos en el orfanato creyeron que era mutismo o algo del estilo, que estaba perdiendo la cabeza.

Elements (Libro Uno) ~ EDITANDOWhere stories live. Discover now