Elements (Libro Uno) ~ EDITANDO

Capítulo 10 ~ El Exámen (2)

(P.o.V. William)

— Mañana es el exámen Will, ¿te sientes preparado?— Me pregunta Jolene con cierta tristeza en su voz.

— Así es, bastante, pero... no lo sé... estoy nervioso, creo.— Me rasco la cabeza, Jolene no ha ni tocado su almuerzo, solo juega con su tenedor moviendo la comida de un lado al otro.

— Yo no estoy preparada.— Para mi sorpresa lo admite con total naturalidad.

— ¿Crees que te faltó práctica?

— ¿Qué?— Levanta la mirada del plato y me mira con confusión.— No hablo de eso tonto, si mi familia me ha preparado para el día de mañana por años. Para lo que no estoy preparada es para dejar de verte y tener que conocer otras personas, no quiero conocer a otros, sólo quiero estar contigo Will...

— No lo entiendo, ¿Te has preparado por tanto tiempo y ahora no quieres vivirlo? ¿Y por mi? Que tontería es esa, seguro vas a hacer muchos amigos nuevos allá en agua, es más, estoy seguro que ya has hecho muchos esta semana.

— Urgh, no lo entiendes, ya basta, me voy a practicar, y sinceramente deberías hacer lo mismo, a ver si de una vez por todas se te prende una luz, niño iluminado.

Jolene se levanta y me deja con la boca abierta ¿Qué hice ahora? Es una chica tan complicada, a veces desearía que tan sólo me dijera las cosas como las piensa, quizás entonces la entendería un poco más.

Dejo mi plato vacío en la mesa y salgo al patio, todos están en grupos intentando practicar lo máximo posible. Me acerco a mi grupo de luz, están pasándose una linterna, y lo tratan como un juego, al que se le apaga pierde. Me alejo tratando de encontrar a Jolene, no está con su grupo de agua, ellos están muy ocupados intentando mojar a los de fuego con sus esferas líquidas. Comienzo a caminar hacia el bosque, quizás se fue a ese lugar del que me contó que construyeron con Mayra y los otros...

— Urgh tonto William, y sus tontas palabras, y sus tontos gustos, y su tonta sonrisa, y su tonto rostro, y su ... su...— La escucho sollozar. Me escondo detrás de un árbol y la observo. Está arrojando dagas de hielo a un árbol, pero se derriten y caen en las raíces, dejan detrás de sí solo el rastro de su magia congelando el tronco. De la misma forma caen las lágrimas por su rostro. Me ve que la observo y se voltea para que no la mire. Y sin decir absolutamente nada me acerco y la abrazo. Las palabras sobran.