Capítulo 6 ~ Identidad (6)

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(P.o.V. Mayra)

Mis poderes aún no se manifiestan, aunque dudo que alguna vez lo hagan, por lo tanto mi única utilidad en este momento es ir a la torre a buscar a Corinna para que nos ayude con crear cosas. Thomas es muy particular, camina callado, mira alrededor, sonríe. Miro su brazo, esas pulseras... Las vi antes ya, mientras hablábamos todos en el patio de la torre, y podría jurar que se movían, como si fuesen líquidas. Tengo la sensación de que hay algo que no cuenta. Son siete pulseras que lleva en sus brazos, todas de distintos metales, quiero preguntarle, tengo que juntar valor.

— ¿Qué son?— Pregunto finalmente mientras me adelanto hasta alcanzarle.

— ¿Huh?— Me mira.

— Tus pulseras, las he visto moverse. Pero los metales no deberían moverse, ¿Cómo es posible entonces?— Se ríe y se detiene. Me giro a ver por qué, en cuanto me doy cuenta; lo cual nos deja algunos metros separados. Lo veo con ambos brazos extendidos y el iris adornado de un hermoso verde brillante.

— Es un secreto, jamás le había contado a nadie, pero pareces de fiar. Así como Peter controla las plantas, yo tengo otro tipo de don. Distinto, peligroso, y que puede ser utilizado para el mal. Controlo los metales.— Estira sus manos y sus pulseras se deshacen en muchísimas esferas de distintos colores y tamaños, como gotas de agua que no son afectadas por la gravedad. Las esferas se juntan a poca distancia de sus manos y salen disparadas hacia mí. Sin darme tiempo a reaccionar, el frío metal se cierne en torno a mi cuello, un collar. Lo recorro con los dedos, se mueve ligeramente. El metal se deshace otra vez. Algo queda en mi mano y lo observo moverse. Vuelve a irse flotando hacia Thomas y quedo atónita.

— Es increíble, no es malo, es...

— Es peligroso May. No quiero contribuir a dañar a la gente, no solo puedo hacer pulseras y collares, también puedo hacer espadas...— lo hace mientras me lo cuenta, horrorizado de sí mismo.— un arma de fuego...— va creando miles de tipos de armas y las deshace para hacer nuevos objetos. Es asombroso, no peligroso, pero él no lo ve así.— Imagina todo lo que podría hacer con la cantidad de metal que compone a un barco, o a un avión. Mi don es destrucción, y por ello no dejo que nadie lo conozca.

El metal vuelve a Thomas, a formar sus pulseras de siempre, y él cae de rodillas, cierra sus brazos en torno a su pecho y se sienta sobre sus pies. Me quedo sin palabras, no sé que decirle para convencerle... Veo la tristeza en su rostro y me siento impotente.

Elements (Libro Uno) ~ EDITANDOWhere stories live. Discover now