Capítulo 4 ~ Pasado (1)

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(P.o.V. Mayra)

Matt se acomoda para empezar a relatar su historia.

— Bueno, nuestro relato hoy comienza hace mucho, mucho tiempo, antes incluso del comienzo de la guerra contra el Destino...

Todos los aquí presentes, como bien saben, venimos del plano terrenal, un plano del cual Orholt funciona en paralelo. En ese lugar del cual venimos, la naturaleza ya hace varios años se ha vuelto agresiva, dañina, y nos rechaza a los seres humanos como parte de ella. La luz enceguece, la oscuridad devora, la energía explota, la tierra tiembla y se quiebra, el agua enfurecida ahoga a los desamparados, el aire es tóxico, y el fuego regresa todo lo que fuimos a cenizas. Entre los años 2006 y 2026, los seres humanos explotamos y llevamos a la naturaleza al extremo y esta en consecuencia se salió de control. Llevamos al mundo al caos por voluntad propia. Y caímos en la desesperanza.

Poco después de año nuevo de 2030 la humanidad caía en picada en torno a su fin, pero la naturaleza es sabia, escuchó el llanto de los desesperanzados y ante esa voluntad de cambio decidió regalarnos otra oportunidad. Nayura, ese era su nombre, la naturaleza en cuerpo humano. Ella decidió visitar los siete continentes y dejar sus dones a seres humanos. En América, Europa, Asia, Oceanía, Africa, Antártida, y Central Subterránea, siete personas amanecieron tras soñar con Nayura poseyendo sus dones. Uno por cada persona, un elemento para controlar, y poder con estos elementos salvarnos. Ellos fueron los primeros elementales. Ellos buscaron cambiar el inminente destino del mundo, de la raza humana, y casi lo logran, pero nada es nunca así de simple. El destino siempre encuentra una forma, y al igual que Nayura, tomó forma corpórea y emergió del centro de la tierra. Fatum, el destino innegable, en forma de un Dragón. Fatum comenzó a perseguir a los siete elementales dejando siempre un rastro de desastres y destrucción tras de sí. Nayura decidida a salvar a los humanos se le enfrentó.

Tras la muerte de dos de los siete, Nayura dio otro don a los restantes elementales, el de pasar su legado a través de herencia familiar, o bien regalar esa herencia a otro niño o niña que esté por nacer. De este modo un elemental podía dar a luz a otro, o bien elegir una familia que le de vida, asegurando así la trascendencia elemental. Comenzaron a nacer los niños, pero Fatum los cazaba, y se encargaba de que no llegaran a desarrollar sus poderes de la peor manera, con la muerte. De este modo se deshacía de todo un posible linaje de elementales. Enfurecida y cegada por el dolor de la pérdida de sus niños, Nayura se enfrentó a Fatum, y esa vez, perdió.

Herida y débil fue rescatada por sus niños y antes de que Fatum pudiera dar el último golpe, se desvanecieron en una niebla.

Huyeron a donde el tiempo pasara distinto, y no hubiese conexión terrestre por la cual Fatum pudiese encontrarlos, así crearon Orholt. Esperaron a que Nayura sanara durante tres meses aquí, y tres días allá. Dándose cuenta de que Orholt era seguro, Nayura decidió convertirlo en el refugio de los elementales. Allí los protegerían y les enseñarían a usar sus poderes para defender al mundo de la destrucción.

Aún así, Fatum seguía dando caza a los niños elementales. Para contrarrestarlo, Nayura dio vida a Naivee, la neblina. Su misión era seguir a Fatum y siempre estar un paso por delante de él, cubriendo las ciudades de niebla siempre que el dragón se acercara.

Ya fuera de sí, y queriendo terminar la guerra a su favor, Fatum obligó a Nayura a bajar a la tierra al atacar a una de sus niñas. La pequeña tan sólo tenía once años. De aquella pelea se sabe muy poco. Tanto Fatum como Nayura pelearon hasta que Fatum desapareció. Se dice que se ocultó dentro de la niña, y que cuando ella controlase todos los elementos, entonces Fatum podría regresar. Dicen también que es a través de la niña que se dividieron y a través de la niña que se pueden volver a unir. Fatum la marcó con el símbolo de los dragones, el cual nadie conoce realmente como luce, nadie más que Nayura misma, y ella también desapareció. Un mensaje, que aún se lee en la esfera de los dragones, fue escrito en piedra por Nayura antes de irse.

"Con su muerte, le dará vida. Con el corazón latiendo luchará, y aunque la historia se repita, no teman, en la unión también existe la paz." 

Elements (Libro Uno) ~ EDITANDOWhere stories live. Discover now