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Capítulo 66: El Reino Inmortal

Para el Cirrus-Cloud Eagle, el viaje de un día era de cincuenta mil kilómetros. Comparado con un avión, era muchas veces más rápido.

Mientras Gu Zuo estaba junto a Gongyi Tianheng, tomó prestado el verdadero qi de descarga de Tianheng para obstruir los fuertes vientos que los azotaban por todos lados.

En la cabeza del águila, el Príncipe Junto al Emperador Cang Estaba de pie con las manos entrelazadas a la espalda. Todo su cuerpo parecía una estatua imponente. Llevaba una actitud extremadamente tranquila y tenía una presencia austera.

Siguiéndolos de cerca estaban Cang Yu y la Princesa Yaomin. El primero manifestó su verdadero qi para proteger a su tercera hermana menor.

Todos se quedaron en silencio.

Bajo la protección de Tianheng, Gu Zuo fue a observar el paisaje de abajo con bastante curiosidad.

En este momento, solo sintió la grandeza del mundo. Las majestuosas montañas y ríos realmente podrían abrir los horizontes mentales. Este tipo de sensación era diferente a cuando viajaba en un avión. En ese momento, debido a la separación siempre presente de ese recinto metálico, uno no podía experimentar personalmente la magnificencia entre el cielo y la tierra.

En el cielo, después de un vuelo continuo de tres días, el Cirrus-Cloud Eagle finalmente se agotó. Por lo tanto, encontraron la cima de una montaña cercana para aterrizar y descansar un poco. Después de una noche, el Cirrus-Cloud Eagle se había llenado y una vez más comenzó a volar.

Como tal, descansaba una vez cada tres días. Después de descansar cuatro veces, finalmente llegaron a su destino.

Más adelante, había lo que parecía una membrana transparente que envolvía algo. El Príncipe Junto al Emperador tomó una tableta en su mano y la arrojó frente a ellos. Esa cosa parecida a una membrana parecía como si fuera vidrio cuando fue destrozada por esa tableta. Un inmenso agujero apareció ante ellos.

La cabeza del Cirrus-Cloud Eagle era como una flecha cuando se hundía y entraba. El paisaje ante sus ojos volvió a sufrir un cambio.

Era una ciudad muy imponente. La magnitud de su tamaño prácticamente lo convirtió en un país en sí mismo. La población dentro era enorme, y aquí vivían sus vidas con diligencia y atención. Había un enorme palacio que se erguía alto y erguido en el centro de la ciudad. El palacio fue utilizado para recibir a los artistas marciales de varios países que vendrían cada cincuenta años.

Los plebeyos de la ciudad eran como los del continente Tianwu. Sabían que había artistas marciales, que los artistas marciales tenían reinos y que practicaban artes marciales. Pero también sabían que habría una gran cantidad de enviados que vendrían aquí cada cincuenta años. Si querían salir de esta ciudad, solo podían hacer todo lo posible para ganarse el favor de estos enviados. Sin embargo, una vez que se fueran, no podrían regresar y ver a sus familias a menos que pasaran otros cincuenta años.

El Cirrus-Cloud Eagle dividió el aire cuando llegó. Sus alas se extendieron mientras volaba hacia ese enorme palacio.

Había una plaza extremadamente amplia frente al palacio. En este momento, además del Cirrus-Cloud Eagle, había varias otras bestias salvajes gigantes, que se estaban asentando de manera similar en el área.

Las figuras de los artistas marciales eran como un relámpago cuando sus cuerpos destellaban.

El qi y la sangre de cada artista marcial era extremadamente fuerte. ¡Parecía como si su sed de sangre se elevara como humo de sus cabezas y se elevara hacia los cielos! Pareció hacer arder el cielo.

Gu Zuo miró a su alrededor y pudo sentir que prácticamente todos y cada uno de esos luchadores no eran menos capaces que Helian Xingcheng y los demás. Incluso sintió que algunos eran especialmente aterradores. Su fuerza marcial era ciertamente muy alta.