IHM I

Capítulo 81: Un futuro cruel

¡Discípulo de la Secta Qingyun!

Estas palabras conmocionaron a todos los artistas marciales presentes.

Gu Zuo lo entendió en una fracción de segundo.

Por qué el Príncipe a lado del Emperador se conmovió emocionalmente y por qué antes podía mostrar ese tipo de alegría. Al final resultó que, todo fue por esta razón. ¡El Príncipe junto al Emperador ya sabía que las personas que obtuvieron los diez primeros lugares podrían tener la oportunidad de unirse a la secta!

Sin embargo, las familias aristocráticas no lo sabían. De lo contrario, el abuelo de su hermano mayor, Gongyi Zhuoyue, sin duda le habría dicho a su hermano mayor en secreto...

El corazón de Gu Zuo se llenó de aprensión.

Como entendía a su hermano mayor cuando se trataba de este tipo de cosas, Tianheng ciertamente no se negaría. Pero, si su hermano mayor se unía a la secta, ¿qué se suponía que debía hacer?

¿Seguirle? ¿Podría Gu Zuo seguirlo? Si realmente podía, ¿quería ir? Solo quería un lugar pacífico para mejorar su fuerza. Una vez que llegara al reino que cumplía con los requisitos del sistema, volvería a buscar a su padre... ¿No sería más peligroso viajar a más lugares? ¿No sería más fácil morir?

Lo que era aún más aterrador era que si se cambiaban a otro lugar, ¿podría su hermano mayor protegerlo allí?

Además, si no podía seguir a Tianheng, qué se iba a hacer con el cuerpo de su hermano mayor... Aunque el principio fue con el propósito de hacer negocios, a través de las interacciones posteriores, ya consideraba sinceramente a esta persona como su hermano mayor. ¿Realmente podría abandonar a este hermano mayor, que nunca lo trató injustamente, solo porque podría ser peligroso?

Estaba ansioso. Estaba realmente ansioso.

Pero, Gu Zuo solo pudo bajar la cabeza. No podía pensar en nada ni decir nada.

En este momento, no podía transmitir egoístamente su voz para convencer a Tianheng. ¡Más que eso, Gu Zuo no pudo obligar a su hermano mayor a destruir sus propias perspectivas de futuro solo porque necesitaba regresar a casa!

Eso no solo lo haría sentir culpable, sino que afectaría la actual relación armoniosa entre ellos. Incluso podría llevar a muchas consecuencias dañinas: ¡tantos pensamientos pasaron en un instante que casi le hizo explotar la cabeza!

En este momento, una voz transmitida repentinamente hizo eco: Ah Zuo, no te preocupes.

El cerebro confuso de Gu Zuo se puso serio de inmediato.

Esa voz continuó: conmigo alrededor, ciertamente encontraré un lugar para ti.

Gu Zuo exhaló un profundo suspiro y poco a poco recuperó la respiración.

Bien... Todo todavía no estaba escrito en piedra.

Lo estaba pensando demasiado.                                                                                                                                     

No hace falta decir que su propio coeficiente intelectual no era tan meticuloso. Como creía en su hermano mayor, necesitaba confiar en que Tianheng tendría un plan. Todo saldría bien. No había ninguna razón para enfadarse por nada, ¿verdad?                                                                                    

De todos modos, esos artistas marciales no reaccionaron al principio. Entonces no se atrevieron a creer lo que se decía. Sin embargo, al final, estaban en éxtasis.