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13 de agosto 1860.
Louisville, Kentucky.

Volvía a trabajar en la calle recogiendo mierda de caballo por cinco centavos al día

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Volvía a trabajar en la calle recogiendo mierda de caballo por cinco centavos al día. Volvía a tener a Adrian ayudándola y ensuciándose hasta que ambos olían a excremento. Volvía a tener que agachar la cabeza cuando le pagaban menos que a un hombre por el mismo trabajo y volvía a sentirse inútil e imponente. Llena de frustración.

Volcó una pila de excremento en el canasto con su pala y levantó ese asqueroso olor que le daba ganas de vomitar. Terminó y cargó todo hacia el galpón para que lo cargaran al carro. Adrian la siguió y en el camino se cruzó con Jonathan y los otros dos niños que traían las bolsas de ceniza. Jonathan la miró, sintiéndose culpable de que ella fuera tan miserable y quiso hablarle, intentar consolarla de alguna forma. Pero no supo cómo así que se contuvo.

Olivia tomó sus cinco centavos y Jonathan sus veinte centavos y dos extras por cada niño. Se encontró con Olivia en el camino a la casa y no hablaron mucho. Últimamente no parecían tener mucho que hablar. Entraron en la casa y ella comenzó a cocinar en modo automático, sintiendo sus sentimientos adormecidos. Los niños fueron a acostarse; ya ni siquiera los veía reírse y mucho menos jugar. Parecían haber envejecido uno veinte años desde que trabajaban con Jonathan.

Sintió la presencia de Jonathan a su lado, pero se esforzó por ignorarlo o rompería en llanto. Sus esfuerzos fueron en vano, pues en el momento que él la giró suavemente para que lo enfrentara y la atrajo hacia su pecho, se refugió en él y lloró como había llorado dos días atrás.

—Me destroza verte sufrir y sentirme tan impotente al no poder ayudarte.

—También me siento impotente al no poder hacer las cosas bien.

—¿De qué hablas? Lo haces todo bien. Hasta el momento cualquier tarea que te has propuesto la has logrado completar a tu manera.

—¿Pero ¿cuál es el punto si tan solo dura unos días? Mi estadía en la granja duró un mes, mi estadía en el campamento también duró un mes, trabaje para el señor Dick dos meses antes de que me echara y ahora...Ando limpiando mierda y quién sabe cuánto tiempo durará —. Se dejó caer sobre una silla y limpió sus lágrimas—. La desgracia nos persigue.

—Nadie dijo que sería fácil, de hecho, sabíamos perfectamente que no lo sería y fue por ese motivo que me quede a acompañarte.

—Supongo que yo no lo sabía tan claramente —. Se inclinó para dar vuelta los trozos de carne y luego volvió a recostarse en el respaldo—. O quizás no estaba preparada, no lo sé. Pero estoy cansada, ya ni siquiera comprendo como consigo levantarme cada día.

—Porque eres una mujer fuerte y estás dispuesta a hacer lo que sea por los niños. Por favor, que hasta consideraste prostituirte.

—Aun sigo considerándolo.

—Pero yo no lo permitiré —. Olivia le lanzó una de esas miradas que lo desafiaba a intentar detenerla y Jonathan apartó los ojos y se rascó la nuca—. Al menos te pediré que no lo hagas.

Vidas cruzadas: El ciclo. #1 TERMINADA +18. BORRADORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora