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Olivia llegó a la plaza frente al capitolio donde se llevaría a cabo la aceptación de Lincoln como presidente, sujetando la mano de Jonathan y con Jian a su lado, acompañándola.

—Hay tanta gente —susurró y Jonathan le dio un suave apretó en la mano y dobló su brazo hacia su vientre sin soltarla—. ¿Dónde nos sentaremos?

Señaló hacia los bancos cerca del escenario donde Lincoln se pararía para dirigirse al público y ocuparon tres asientos disponibles para ellos. El coronel Moore había sido tan amable de agregar también un lugar para Jian.

El lugar estaba repleto de personas, muchas habían viajado desde otros estados para presenciar específicamente ese momento y vitorear por Lincoln. En su mayoría había hombres, se les distinguía por sus sombreros altos de color negro y muy pocas mujeres podían verse entre la multitud, también distinguible, no solo porque a diferencia de los hombres que iban casi completamente de negro, llevaban atuendos coloridos, sino por los bonnet en sus cabezas.

Miró hacia el escenario y encontró en los asientos algunos rostros reconocibles: la esposa de Abraham Lincoln, sentada entre dos hombres, bastante seria y con una postura derecha. James Buchanan ocupando el primer asiento de la fila y el coronel Moore a su lado junto con otro hombre, un mariscal de campo militar, dirigente de todo el ejército estadounidense.

—No puedo creer que estoy presenciando este momento en persona —susurró, inclinándose hacia Jonathan—. Muchos americanos matarían por poder ocupar mi lugar en este momento.

—¿Por qué Lincoln es muy importante ¿no?

Asintió y se acercó más a él para poder hablar más bajo.

—Es básicamente una leyenda. ¿Te conté que incluso le harán un monumento?

—Me contaste, sí.

—Pues nada, eso...Es fenomenal estar aquí.

Él se la quedó mirando con esa enorme sonrisa que tenía pintada en su rostro y no pudo evitar sonreír con ella. El evento no significaba nada para él, no era un aficionado de la política y solo había votado por la importancia de las elecciones y aunque admiraba a Lincoln hasta cierto punto, no le habría molestado perderse aquella ceremonia por estar en su casa, pero ver a Olivia feliz y emocionada, hacía que cada dólar que había invertido en ese mes, valiera la pena.

—Te ves hermosa —susurró sin previo aviso y ella lo miró, sorprendida.

No era la primera vez que él la sonrojaba, pero cuando asomaba de la nada con su cariño, le calentaba el corazón. Su sonrisa creció y se acercó para darle un pequeño e inocente beso.

—Tú también.

—Pues me alegra, después de todo tu elegiste este traje.

—No es el traje, eres tú. El hombre más guapo en toda la ciudad.

—Exagerada —. Le picó la punta de la nariz y volvió a besarla—. Me haces querer decirte cosas inapropiadas en público, Olivia.

Ella se rio y él se contuvo con una sonrisa.

—¿Yo te hago? Eres tú el pervertido.

—¿Y quién me ha corrompido?

—Ah, no sé...Yo no fui.

Guardaron silencio antes de que pudieran continuar con sus bromas y pusieron su atención en la llegada de Lincoln.

Un hombre alto y elegante, también bastante delgado y con unos rasgos muy únicos y característicos. Lo vieron quitarse el sombrero y poner su mano sobre la biblia para hacer el juramento, estrechó manos con James Buchanan al intercambiar la presidencia y después de algunos minutos de aplausos, Lincoln se paró al borde del escenario y dirigió su voz hacia el público.

Vidas cruzadas: El ciclo. #1 TERMINADA +18. BORRADORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora