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19 de febrero 1861

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19 de febrero 1861.

Washington D.C.

Jonathan regresó a la habitación poco después de que le hubieran traído el desayuno y cuando Olivia aún estaba terminando de aprontarse. Ella se giró en el banco que quedaba casi completamente oculto debajo de su falda de color lila y sonrió al verlo. Estaba acabando de ajustar los últimos mechones de cabello en su recogido.

—Tienes tu desayuno en el escritorio —le dijo.

—Gracias. ¿Ya comiste? —. Negó y se colocó la chaqueta con bordados negros sobre su camisa blanca y abrochó tan solo los primeros botones en el cuello—. Ten tu café antes de que se enfríe.

—¿Hace mucho frío afuera?

—Un poco, pero ha dejado de llover así que podremos recorrer la ciudad —. Se metió un croissant en la boca y miró por la ventana detrás del tocador de Olivia—. He pensado conseguirnos un carruaje, pero el jardín botánico que quieres visitar está tan solo a cuatro o cinco cuadras.

—Podemos caminar y de hecho será mejor para conocer el entorno.

Él sostuvo la mitad de su croissant frente a ella y Olivia le dio un mordisco y abandonó el banco.

—¿Ya está todo listo para mañana?

—Así es, saldremos después de almorzar e iremos en un carro hasta Springfield, deberíamos llegar en media hora y a tiempo para la reunión.

—¿Y ya has pensado que le dirás? —. Jonathan palideció—. ¿No lo has pensado?

—Es que pensé tu hablarías...Después de todo tu eres la viajera.

—No tengo problema en hacerlo, pero hay una gran probabilidad de que no me escuche —. Jonathan se rascó la nuca y bebió su café—. No te estreses, tenemos todo el día para pensar en lo que diremos.

—Tienes razón y no quiero arruinar nuestro recorrido con angustias.

Ella tuvo un sorbo de su café y se echó algo de perfume en el cuello y las muñecas. Tomó su sombrero para sujetarlo a su peinado con unos broches y cuando terminó de colocarse su abrigo y los guantes, se acabó el café y otro croissant y esperó a que Jonathan se decidiera a dejar la habitación.

Las calles de la ciudad eran estrechas a excepción de las avenidas. Algunas estaban hechas de concreto, especialmente aquellas que se conectaban con la casa presidencial, otras eran de piedra y la gran mayoría de tierra, y esa por la que caminaban estaba hecha con tablones de madera. Pasaron junto a algunos apartamentos y varias tiendas con casas en el segundo piso. Olivia se detuvo a ver vidrieras y evaluar los precios y Jonathan la esperó paciente, aunque no tuviera un gran interés en las compras.

—¿Cuándo nos iremos a nuestra nueva casa?

—Cuando volvamos de este viaje —respondió él y cruzaron la calle detrás de unos caballos que pasaban—. Aun debemos amueblarla, pero he pensado que es mejor esperar a estar allí para que manden los muebles.

Vidas cruzadas: El ciclo. #1 TERMINADA +18. BORRADORWhere stories live. Discover now