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21 de junio 1864

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21 de junio 1864.
Middletown, Maryland

Jonathan estaba acostado en la cama de la casa de los Merritt, donde como teniente del regimiento, la familia le había dado una de las habitaciones que ahora él compartía con Olivia. Le agradaba tener una cama para que ella descansara mejor durante su embarazo en lugar de dormir en el duro suelo y le agradaba poder pasar las noches en el calor de la habitación donde estaba seguro ella no enfermaría.

Despertó, bostezando y con los rayos del sol ingresando por la ventana y cuando miró hacia Olivia, la encontró frente al espejo de cuerpo completo, mirando su perfil con una mano en su vientre.

Muchas emociones se encontraban en ambos; ella estaba feliz porque había alcanzado el cuarto mes de embarazo sin complicaciones y sentía que su bebé crecía sano y salvo en su interior. Estaba demasiado emocionada porque finalmente podía ver como su vientre comenzaba a notarse muy sutilmente y al mismo tiempo estaba llena de energía y motivación para continuar haciendo lo que hacía; comer bien, mantenerse ocupada y respetar sus horarios de descanso. Jonathan estaba petrificado y con cada mes que pasaba sus miedos se hacían más y más reales, no quería que el parto llegara y se negaba a perderla, además de que detestaba tenerla en el campamento durante la guerra a pesar de que ella pareciera feliz de esa forma.

Su embarazo aun no se notaba, pero ambos sabían que cuando comenzara a notarse por sobre sus vestidos, ella tendría que encontrar una forma de ocultarlo.

—¿Estás bien? —inquirió sentándose en la cama.

Olivia lo miró con la sonrisa más grande que le había visto en mucho tiempo y acarició su vientre por sobre la camisola.

—Acabo de sentirlo moverse —. Jonathan la vio sonreír y emocionarse hasta las lágrimas y no pudo no sonreír con ella y sentir su corazón encogerse—. Bah, creo que se movió...Fue una sensación tan curiosa.

Ella se acercó a la cama y él se arrastró hasta el borde del colchón y apoyó su mano sobre su vientre. Solo la parte inferior estaba un poco abultada y aunque podía tratarse de una simple hinchazón, ambos sabían que era su bebé creciendo en su interior.

—Oh, creo que se volvió a mover —susurró y Jonathan retiró su mano—. Toca, toca... ¿No lo sientes?

Negó, acariciándola por sobre la tela de la camisa y le dejó un beso sobre el ombligo. Ella sonrió cuando volvió a sentir una curiosa presión en su interior y una cosquilla en su vientre bajo. Se sentía mucho más ligera que en los últimos meses, haber llegado hasta el cuarto mes era como una nueva zona de comodidad para saber que todo funcionaba de maravilla. Al principio los miedos de que todo se repitieran la habían paralizado y muchas veces el más mínimo dolor la había congelado en su caminata y había ido corriendo hacia Harvie para pedir su opinión. Harvie era de la mejor ayuda posible durante su embarazo y pronto también le contaría a la señora Butler para que la ayudara una vez la panza representara un problema.

Vidas cruzadas: El ciclo. #1 TERMINADA +18. BORRADORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora