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(ESPECIAL 100K)

...

Jian bajó del carro en La Crosse después de un viaje que había sido mucho más largo de lo necesario y en el cual su trasero se había aplastado. 

No sabía explicar porque Jonathan había avanzado tan lento, pero la había frustrado, aunque admitía que le gustaba ese tiempo que había pasado con él en el carro, debía ser la primera vez que tenían un momento exclusivo padre e hija y no se quejaba. Jonathan había cantado algunas canciones en el viaje con ella acompañándolo de tanto en tanto y habían charlado un poco, pero él todavía parecía haberse olvidado de su cumpleaños.

—Bueno, ¿qué me estabas contando?

—Nada... —. Se enganchó a su brazo para comenzar a caminar por la ciudad—. Solo que creo estoy embarazada otra vez.

—¿Le dijiste a Derby? —. Negó sin mirarlo y se mordió el labio—. ¿Y cuándo le dirás?

—No lo sé, no sé cómo reaccionará...No es exactamente un hombre afectivo.

—No puedes quejarte, al menos pone comida en tu mesa.

Sabía que tenía razón así que no dijo nada al respecto y desvió la atención hacia la lista con pedidos de su madre.

—Visitemos la tienda general, ahí tendríamos que encontrar todo esto. ¿Tienes para pagar?

—Uhm-mmm, ahorré un poco en los últimos meses.

Caminaron hacia la tienda y Jonathan se detuvo varias veces a hablar con algunos hombres, preguntar por sus días, ser sociable y amable, pero principalmente para hacer tiempo. Nunca antes había charlado tanto en su vida y aparte de ayudarle a hacer tiempo, le ayudaba a hacerse una mejor reputación en la ciudad.

—Esta es mi hija —presentó a uno señores—. Jian seguro ya conoces al señor Bay y su esposa.

—Sí, tienen una hermosa granja cerca de Ridgeway ¿verdad? Mi madre le compra sus duraznos, señora.

—¡Oh, la señora Morgan! Por supuesto, ¿Cómo olvidarla? Tan simpática esa mujer, ¿Cómo está? ¿Cómo están su bebé y la panza? Me enteré que está embarazada.

—Está muy bien, todos lo están por suerte.

—Envíale mis saludos y dile que cuando quiera pase a buscar más duraznos, le guardaré una bolsa para ella.

Continuaron andando por la ciudad, con su padre simplemente perdiendo tiempo en una cosa u otra y cuando lograron alcanzar la tienda general, Jonathan se puso a buscar formas de demorar allí adentro. Dio vueltas, regreso productos para luego mandar a Jian a buscarlos otra vez, marcó todo lo que ya habían comprado de la lista, se puso a revisar los sombreros en exhibición, aunque no planeaba cambiar su preciado sombrero por nada en el mundo y luego se puso a revisar las botas y se probó unos pares solo para hacer tiempo y más tiempo.

Cuando vio en su reloj que eran las tres y estaban ya saliendo de la tienda comenzó a sentir la ansiedad acelerando su corazón, así que pensó en algo rápido.

—¡Uh, cierto! Me había olvidado de esto que tu madre me pidió.

—¿Qué cosa? —curioseó Jian deteniéndose antes de subir al carro.

—Este aceite de coco que a ella le gusta poner en las puntas de su cabello.

—Dudo que encontremos aceite de coco por aquí, papá, probablemente mamá lo compre en Sant Paul.

—No, no, estoy seguro de que lo compra aquí ella me encargó que se lo consiguiera y no podemos por nada en el mundo volver sin ese aceite, me matará —. En realidad, Olivia todavía tenía aceite de coco en la casa y sí lo compraba una vez al año en St. Paul, pero Jonathan, a sabiendas de que no lo encontrarían en La Crosse, lo usó como excusa—. Vamos, hay que buscar.

Vidas cruzadas: El ciclo. #1 TERMINADA +18. BORRADORWhere stories live. Discover now