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28 de octubre 1860.
Minneapolis, Minnesota.

Olivia bajó del carro que Dalia les había prestado para viajar a la ciudad y cargó a Adrian en sus brazos y a Luke y Eli de la mano

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Olivia bajó del carro que Dalia les había prestado para viajar a la ciudad y cargó a Adrian en sus brazos y a Luke y Eli de la mano. Era su primera vez visitando una ciudad sola y con niños a su cuidado, así que estaba relativamente nerviosa. Minneapolis era mucho más grande que Louisville y mucho más poblada también y no tenía mucha idea de donde estaba el banco donde Jonathan estaba trabajando.

—No quiero que se alejen de mi ¿escucharon?

Comenzaron a caminar por las calles mirando vidrieras, precios y tiendas. Había muchas casas y apartamentos, tiendas de todo tipo y gente caminando o circulando por las anchas calles con sus caballos o carros. Algunas calles eran de tierra y otras tenían baldosas de piedra.

Pegó a los niños a su cuerpo cuando comenzaron a circular por la zona de fábricas donde estaba repleto de trabajadores sucios, humo y olores desagradables y una vez cruzaron el puente sobre el río Misisipi continuaron en busca de las calabazas.

Jonathan le había dicho la calle donde estaba el puesto, pero encontrarla era más difícil de lo que había imaginado.

—¡St. Cloud Democrat! ¡Lea todas las noticias relacionadas con las próximas elecciones! ¡Lleve su St. Cloud Democrat!

Olivia cruzó la calle con los niños y se detuvo junto al joven muchacho de no más trece años que vendía periódicos. Sacó el dinero de su cartera para pagar y se llevó una copia la cual leyó rápidamente antes de continuar caminando.

La primera columna eran anuncios de tiendas o trabajadores, la segunda columna la escandalizó mientras leía rápidamente las siguientes palabras:

¡Una venta! ¡Oh! ¡Una venta!

Desde el Richmond Enquirer.

Cincuenta NEGROS, esta mañana a las cinco en punto, serán vendidos. Cincuenta NEGROS, conformados por hombres, niños y niñas, mujeres e infantes.

Leyó aquello y le ardió la sangre de impotencia, así que apretó el periódico con fuerza y comenzó a caminar apurada por la calle, prácticamente arrastrando a los niños con ella.

Encontró el trabajo de Jonathan tiempo después. Quedaba frente a la enorme plaza en la parte más amplia de la ciudad, con la mayor cantidad de carros y gente adinerada circulando con sus costosos trajes y elaborados vestidos.

Subió los escalones de la entrada del banco asegurándose de que Luke y Eli no se quedaran atrás y empujó la puerta sin importarle que causara un sonoro ruido y varios de los presentes la miraran.

Se acercó al mostrador donde había un empleado y lo saludó.

—Buenas tardes, mi marido Jonathan Morgan trabaja en este edificio ¿podía señalarme en su dirección?

Vidas cruzadas: El ciclo. #1 TERMINADA +18. BORRADORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora