Olivia Eades es psicóloga y periodista con una vida hecha en el 1970, con su madre y hermano, sin deseos de casarse o tener hijos, sin preocuparse por la comida que todos los días tiene en su mesa y sin tener que luchar cada segundo para sobrevivir...
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20 de Agosto 1865. White Oak Lands, Minnesota.
Jonathan despertó con Olivia en sus brazos y Marie en los brazos de Olivia, ya despierta a pesar de que ambos dormían y prendida al seno de su madre. Cuando Jonathan se movió en la cama, Marie se sentó para poder verlo por sobre el cuerpo de su madre y se apoyó en la cintura de Olivia para poder ponerse de pie sobre el colchón. Jonathan miró la hora en su reloj y con su otra mano sujetó las de Marie para que no la apretara.
No estaba seguro en que momento Marie se había despertado y Olivia la había pasado a la cama con ellos, pero no lograba entender que hacía despierta cuando el reloj apenas marcaba las seis de la mañana.
Cuando Marie intentó cruzar por sobre Olivia hacia él, Jonathan la detuvo para evitar que aplastara su vientre hinchado y la alzó en sus brazos hasta sentarla sobre su abdomen. Marie se dejó caer contra su pecho y comenzó a chuparse los dedos y balbucear.
—Shh, despertarás a mamá.
Marie le imitó llevándose un dedo a los labios para chitar sin saber que significaba y se sentó sobre su abdomen para continuar balbuceando y babeándose las manos.
Jonathan flexionó las piernas y ella se recostó contra sus muslos y miró el techo.
Estuvieron algunos minutos jugando, con Jonathan intentando que mantuviera el volumen bajo y Marie carcajeando y balbuceando a todo pulmón. Olivia despertó desde el momento en el que Marie había intentado trepar sobre su cuerpo, pero no quería interrumpirles el momento, así que continuó acostada fingiendo que dormía hasta que decidió era momento de bostezar y girar en la cama hacia ellos.
—Buenos días.
—Buenos días, ángel —. Jonathan se sentó en la cama y sentó a Marie entre ellos—. ¿Cómo te sientes?
—Aun bastante cansada.
Miró hacia su vientre y apoyó su mano sobre este para acariciarlo. Ya se le notaba un poco la panza hinchada y Jonathan esperaba para poder sentir a su bebé moverse contra su mano en cualquier momento.
—¿Se mueve? —. Olivia asintió con sus ojos cerrados y la mejilla apoyado en su mano contra la almohada y Jonathan sonrió—. Tendrás un nuevo hermanito, Marie...o hermanita, aun no sabemos.
Marie gateó hasta la panza de su madre y la acarició como hacía su padre, segundos antes de intentar darle un manotazo por impulso. Jonathan la detuvo a tiempo. Dudaba que un golpe de Marie fuera a ser gran problema, pero no quería correr riesgo alguno.
Cuando Jonathan bajó de la cama para comenzar a vestirse, Olivia hizo lo mismo a pesar de las ganas de quedarse acostada. Se envolvió en la salida de cama y alzó a Marie en brazo para bajar con ella hacia la cocina, la dejó en su silla de comer y llamó por Adrian, Eli y Darrin para que la ayudaran con el desayuno. Pusieron la mesa, ellos se prepararon sus leches y Olivia preparó la comida; unas tostadas con huevo revuelto, un poco de carne que les sobraba y cereales. También añadió algunas frutas para nutrirlos bien y aportarles todas las vitaminas y proteínas necesarias.
