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Después de que Jonathan se marchara, Olivia se vistió en la habitación, echó un vistazo a Adrian quien seguía dormido y volvió a bajar. Había optado por dejar la crinolette y volver a usar solo enaguas que le daban un poco de volumen a su falda y el corsé que no solo acentuaba su figura, sino que también le proporcionaba un buen soporte en la espalda y levantaba sus senos. Se recogió el cabello y entró en la cocina donde el fuego todavía ardía.

Principio de mes significaba varias cosas, para comenzar, la proximidad de que se anunciara al ganador de las elecciones la ponía nerviosa y sumando (y una lamentable noticia para ella), el principio de mes significaba eso días del mes.

Afortunadamente había tenido todo un año para acostumbrarse a no tener toallitas sanitarias o tampones, pero eso no significaba que dejara de ser incomodo, desagradable e incluso molesto. La peor parte no era tener que usar un pañal de tela, sino tener que lavarlo y hacerlo con discreción para que nadie lo viera. E ir al baño...Bueno, a veces prefería no ir, pues le incomodaba demasiado tener que levantarse todas las faldas para poder retirar aquel "pañal" y así poder hacer sus necesidades. Normalmente era fácil; no tenía ropa interior y solo debía agacharse y separar las piernas. Pero con el pañal en el medio...

Y los dolores; no había cura milagrosa para eso y aunque algunas plantas parecían tener un resultado efectivo, con dolores lo último que Olivia quería era ponerse a hacer una infusión.

Luke le trajo la leche y como no había dormido mucho, lo dejó ir a acostarse y despertó a Eli para que la ayudara.

Ese día no tendrían clase, así que debía encontrar distintas formas de mantener a los niños ocupados en la casa.

Eli desayunó y luego se fue a ver la huerta para cuidar de las plantas y ver si ya era temporada para cosechar algunas cosas. Cerca de las diez de la mañana, Adrian despertó y llamó por Olivia como de costumbre, así que también le sirvió el desayuno y para distraerlo lo dejó ayudarla a secar los platos y vasos que ella limpiaba en un agua prácticamente congelada.

El día se consumía lentamente sin Jonathan en la casa, solo ella y los niños para mantenerse ocupados y distraídos y con el invierno acercándose, ya no tenían el clima adecuado para que los niños jugaran en el jardín.

Esa tarde, Dalia llegó a visitarla con uno de sus elaborados vestidos que podían tirarlo todo en el camino con su amplia falda y un abrigo cubriendo su torso.

—Buenas tardes, querida... ¿Cómo has estado? ¿Cómo ha estado mi hijo?

—Muy bien, señora Morgan. Jonathan ha comenzado a trabajar en el banco de la ciudad.

Dalia se sentó junto a la mesa de la cocina y Olivia le sirvió algunas de las galletas y pasteles que tenían de la noche anterior y preparó café.

—Ese muchacho tonto. ¿Por qué ha tomado un puesto en el banco cuando perfectamente puede involucrarse en el negocio de su padre?

—A Jonathan no le gusta mucho.

—Ya sé, es por su padre que no le gusta —. Dalia suspiró y miró hacia Adrian que jugaba en el suelo cerca de la estufa—. ¿Y tú como has estado angelito? ¿Estás jugando con tu caballito?

Adrian asintió y se lo enseñó con una sonrisa.

—Me encanta, muy hermoso tu caballo —. La sonrisa de Dalia continuó hasta que se enderezó en la silla y miró hacia Olivia—. ¿Y ¿ya estás en cinta?

Olivia no escupió el café, pero si se le fue para la nariz y le comenzó a arder.

Le dio la espalda a la señora Morgan para limpiarse con uno de los trapos y calmar su postura. Ni siquiera sabía por qué le sorprendía aquella pregunta e imaginaba que a Dalia no le gustaría la respuesta.

Vidas cruzadas: El ciclo. #1 TERMINADA +18. BORRADORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora