Vidas cruzadas: El ciclo. #1 TERMINADA +18. BORRADOR

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Su padre nunca se traía cosas básicas de la época pues Harvie tenía la ropa que necesitaría y todo lo demás, así que sus bolsos los llenaba con cosas para él y con ese viaje en particular, también traía una serie de objetos que le había solicitado específicamente para mostrarle a Olivia y ahora, pues también a los amigos de Olivia.

Buscó en el primer bolso por algo un tanto básico y no tan impactante y encontró un libro de medicina.

Jonathan se enderezó con cierta emoción al verlo, era un nuevo libro, no como el que se había leído en la guerra.

—Este libro es sobre...anatomía —leyó—. Y pues pueden ver que el papel es distinto y tiene...

—¡Colores!

Los niños se arrastraron por la alfombra para ver las imágenes que mostraba el libro que Harvie acababa de abrir y lo primero que hicieron fue tocar el papel para notar que era extraño (plastificado) y que sus dedos se deslizaban por las hojas como si fuera seda.

—Guau, es muy brillante y tiene lindos colores.

Dejó que pasaran el libro entre todos para verlos y el asombro que eso les generaba, solo lo preparaba para el impacto que podían provocar algunas de las otras cosas que su padre había traído.

—Bacterias, eso es lo que Olivia nos ha mencionado —comentó Chester en lo que leía—. ¡Cielos! Hay una mujer desnuda en la otra página.

Cerró el libro bruscamente y Tad soltó una carcajada.

—Ya lo creo que la hay, ¿Cómo puede un médico aprender sobre los humanos si no estudia el cuerpo de las mujeres?

—¿Ven esto en clases? —inquirió una Susan escandalizada.

—Pues sí, pero a nadie realmente le alarma, son otros tiempos.

Pasaron unos veinte minutos hasta que perdieron interés en el libro y quisieron ver algo nuevo, no obstante, los niños seguían viendo las fotos e intentando leer lo que decía.

—Oh, esto no es tan impactante creo —. Escucharon un ruido algo molesto desde el interior de la bolsa y todos fruncieron el ceño al verlo sacar unos paquetes curiosos; parecía papel, pero brillaba demasiado—. Es comida...No muy sana, pero abunda en mi tiempo.

—¿Por qué hace tanto ruido?

—Porque es una bolsa de plástico —. Se rio al ver que el interés iba más hacia la bolsa que a su contenido—. La bolsa de plástico no será inventada hasta... ¿Mil novecientos treinta?

—Sesenta y cinco —corrigió Tad.

—Así que nosotros no llegaremos a verlo —susurró Derby y todos se miraron con cierta pena.

Harvie les entregó la bolsa sin abrir para que la apreciaran.

—Ya la están viendo.

Y con eso todos sonrieron.

Los dejo entretenerse un poco con la bolsa, a excepción de Olivia que ya las conocía y cuando se la regresaron, la abrió y echó un vistazo al contenido.

—Estas son mini oreos, de mis favoritas.

Les dejó servirse y por unos segundos todos miraron las galletas en sus manos como si fuera veneno y se entretuvieron oliéndolas, separándolas para ver el relleno y lamiendo la galleta antes de meterla en sus bocas. Los niños fueron los primeros en celebrar el sabor y algunos adultos no lo disfrutaron.

—Estos son doritos...Lo más adictivo que hay, pero aconsejo que no coman mucho porque son puros químicos y sus cuerpos no están acostumbrados.

Se agarraron uno cada uno para probarlo y cuando llegaron a Jonathan este lo miró un tanto desconfiado y luego miró a su esposa, que se había quedado el paquete y estaba comiendo de a varios con una gran sonrisa.