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—Llegas tarde, las flores tendrían que haber ingresado hace ya una hora.

El repartidor bajo del carro que venía repleto de bellos ramos de flores rosadas, blancas y rojas y comenzó a bajarlas para que las llevaran hacia el salón.

—Perdone señora, se me ha roto el carro en el camino.

—No volveremos a comprarles si no cumplen con su servicio —. Firmó la hoja en la planilla para confirmar la llegada del pedido y lanzó una mirada al joven que repartía—. Ahora nos harán correr con los preparativos por su incompetencia.

Charlotte revisó que las flores fueran exactamente como las querían y una vez hubo confirmado que el pedido era el correcto, dejó que el repartidor se retirara en su carro y arrastró a las mucamas hacia el salón para comenzar a acomodar los preparativos.

Marie se había llevado a Oliver para distraerlo en el pueblo, aunque era evidente que el hombre ya sabía de las intenciones de su madre y tan solo intentaba seguir la corriente para complacerla. Era un noble gesto que todos los sirvientes apreciaban de su parte cuando la señora Olivia estaba esmerándose en cada detalle cargando con su embarazo de un lado de la casa al otro.

No quería que descubriera se habían retrasado en las decoraciones, así que apremió a las mucamas e hizo del uso de los mozos gracias a consideración de Edgar para que pudieran adelantar el proceso.

Olivia había dado indicaciones sobre como quería que decoraran el salón; tres de los ramos florales eran para la mesa y los otros se acomodaban en muebles, mesillas o cualquier espacio donde se viera agradable. Las flores estaban para quedarse y dar vida a la casa. Luego tenían el cartel de feliz cumpleaños que Charlotte había enviado a la imprenta para que lo diseñaran y que era una idea un tanto extraña para colgar en la pared del salón pero que se veía bastante bien. Desde el candelabro sobre la mesa habían colgado unos lazos de tela blanca y lo habían sujetado a los extremos de la mesa formando los vértices de una carpa triangular.

Olivia aparecía de tanto en tanto con algo para agregar a la decoración o ganas de ayudar, pero en su mayoría, los niños consumían todo su tiempo. Aiden queriendo su atención y mimos y los mellizos y Katherina buscando poder jugar un rato con su madre.

Quedaba evidenciado que Olivia era una madre amorosa y de esas Charlotte conocía muy pocas.

—Mitchell, ¿sabes algo sobre la comida? ¿Las cocineras han logrado resolver sus diferencias?

—Yo no diría exactamente resolver, pero están trabajando correctamente.

Olivia sonrió y acomodó su peinado, intentando que los broches no se deslizaran y todo su pelo cayera suelto.

—Asegúrate de que salga correctamente, por favor, nuestros amigos vendrán para la fiesta y mi marido ha invitado a los Garnier. ¿Sabes de ellos?

—Sí, señora, iré a ver cómo han avanzado las cocineras.

El progreso no era el mejor; Hooper cocinaba por un lado y Davis por el otro, pero no había un punto en el centro donde se encontrarán. La ventaja era que tendrían suficiente comida para todos los invitados, la desventaja que estás no estaría hechas por las mismas manos.

—¿Por qué no deja la comida en manos de la señora Hooper y se encarga de los postres?

—No dejaré que esa vieja demente sirva a la señora, me ha insultado ¿sabe? No, no, yo prepararé toda la comida como sé hacerlo y verá que a la señora le gusta mucho más.

Charlotte suspiró e intentó persuadir a Christal de abandonar la ridícula competencia formada entre ellas, pero obtuvo el mismo resultado. Eran demasiado territoriales de sus cocinas como para renunciar a estas y formar una amistad.

Vidas cruzadas: El ciclo. #1 TERMINADA +18. BORRADORWhere stories live. Discover now