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23 de febrero 1861

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23 de febrero 1861.
Washington D.C.

Estaba oscuro cuando Jonathan abrió la puerta del teatro para Olivia y salieron juntos a la calle para caminar de regreso al hotel. Había llovido durante la función, por lo que el camino de tablones de maderas seguía húmedo y algunos árboles goteaban. Los faroles con velas ya habían sido encendidos para alumbrarles el camino y la multitud de personas se dispersaba a medida que dejaban el teatro.

—Ha sido una función interesante. ¿No crees?

—Supongo... —dijo y tomó la mano de Olivia en la suya—. Un poco larga.

—Pero entretenida ¿o te has aburrido? Tendrías que habérmelo dicho y nos habríamos ido antes.

—Tu parecías estar disfrutándolo y no quería arruinar la diversión —. Miró sobre su hombro antes de cruzar la calle y movió a Olivia hacia su otro lado para que no caminar del lado de la avenida—. Además, la entrada no ha sido gratis.

—Sí, supongo tienes razón. Me gustó ese baile con los aros de fuego, aunque parecía muy peligroso.

—Estoy seguro de que no lo parece, nena, lo es.

Volvieron al hotel y ella se rio recordando la función y comenzó a quitarse su atuendo. Las noches eran tranquilas en la ciudad a pesar de toda la multitud de personas y los días muy entretenidos. Tenían demasiados lugares a los que asistir y actividades para realizar. Seguía considerando el jardín botánico como la mejor experiencia hasta el momento, aunque el teatro no había estado nada mal con sus variadas actuaciones de bailarinas, actrices y cantante e imaginaba que pasarían una buena noche cuando fueran a cenar.

Se quitó los broches que sujetaban su cabello y comenzó a deshacerse de su ropa en lo que charlaba con Jonathan sobre la función. En realidad, ella hablaba y él la escuchaba bastante sumergido en sus propios pensamientos y preocupaciones.

—¿Estás bien, Jona?

—¿Uhm? Oh, sí, solo pensaba...Nada importante.

—Dime —insistió y se sentó en la cama frente a él solo con su camisa de algodón y el cepillo de pelo—. ¿Qué sucede?

Él lo pensó por un momento mordiéndose el labio.

Habían pasado una buena noche y no quería arruinarla y terminar angustiándola o discutiendo, además tampoco esperaba que ella lo entendiera y no se molestaría si no lo hacía. Metió la mano en su chaqueta y sacó un sobre que ya había abierto esa mañana y el cual contenía una carta de Thomas Holme, la tercera que recibía de él.

La primera había sido el año anterior cuando le había solicitado su ayuda al mismo tiempo que el coronel Moore le avisaba de su cita con Lincoln. Aquella vez Jonathan había tenido que negarse a ayudarlo con una disculpa, usando la excusa de que la situación no estaba mucho mejor para ellos y que pronto dejarían Minnesota. Thomas le había contestado un mes después asegurándole que no había problema y esa mañana, le había escrito por tercera vez.

Vidas cruzadas: El ciclo. #1 TERMINADA +18. BORRADORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora