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11 de enero 1866

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11 de enero 1866.

White Oak Lands, Minnesota.

Fue una serie de eventos afortunados sucediendo el martes once de enero.

El día comenzó como cualquier otro, los Morgan despertaron y comenzaron a vestirse. Los niños tenían clase y Jonathan se iría a la mina, así que lo principal para Olivia era prepararles el desayuno y sus bolsas de almuerzo. Como últimamente Jonathan estaba haciendo bastante dinero de los minerales que sacaban de la mina, había vuelto a su costumbre de preparar pasteles, tartas y otras delicias para alimentar a su familia, así que la mesa de la cocina se llenó rápidamente con sus diez niños y Jonathan en la cabeza y Olivia les sirvió. Puso una bandeja con galletas, otra con pasteles y unas porciones que habían sobrado de tarta de frutas, dejó dos jarras con leche con chocolate en el centro para que los niños se sirvieran en sus vasos y le puso a Jonathan una taza con café enfrente.

Jonathan acarició su espalda baja como siempre hacía y ella le dio un breve beso antes de alejarse para llenar las bolsas con los almuerzos.

A Jonathan le guardaba un poco de arroz con trozos de carne en un pequeño tarro de metal con tapa y le ponía también una cuchara para que comiera y algunos pasteles de postre junto con su botella llena de agua limpia y segura para beber. También le hacía dos emparedados de pollo y tomate, le guardaba dos empanadas de carnes y tres bollos de queso. Era importante que él comiera mucho para mantener su enorme cuerpo funcionando. 

A los niños les guardaba dos sándwiches para cada uno y algunas empanadas rellenas de carne o pollo. También les ponía una fruta dependiendo de sus gustos y unas botellas llenas de jugo de fruta.

Después del desayuno, Jonathan fue el primero en marcharse, besó a Olivia, despidió a sus hijos con un saludó general y se fue en su caballo con los hombres. Luego, Olivia se paró en la puerta principal sosteniendo todas las bolsas y comenzó a repartirlas a medida que sus hijos dejaban la casa en filas.

Con todos ellos yendo a clases el resto de la mañana estuvo con los niños de la mina, dándoles clase en su (relativamente nuevo) salón. Estaba planteándose seriamente educar también a sus hijos, pues consideraba podía ser más efectivo.

Les enseñaba a leer, cantaban algunas canciones donde repasaban palabras, colores, letras o animales, leían la biblia porque sabía que los padres no estarían contentos si no les daba algo religioso para aprender y luego aprendían de matemáticas, algunas cosas de física que apenas estaban siendo descubiertas (pero por supuesto nadie sabía) y algunas otras cosas de biología para prepararlos y que se protegieran de los gérmenes. Evitaba usar palabras muy difíciles o modernas con ellos y lo mantenía todo tan básico y primitivo como fuera posible al tiempo que les enseñaba cosas que solo ellos sabrían en esos tiempos.

Le gustaba dar clases, era algo que le divertía y le daba una excusa para pasar un tiempo con los niños enseñándoles. Nunca antes había considerado la educación como una profesión a pesar de que su hermano fuera maestro, pero empezaba a entender porque a él le gustaba tanto; los niños daban una vida al aire que por sí sola no se sentía.

Vidas cruzadas: El ciclo. #1 TERMINADA +18. BORRADORWhere stories live. Discover now