WILLIANNY MERAN
Parte II.
✨✨''El señor Románov es un imbécil''✨✨
Ilenko Románov.
Son las cinco de la mañana y no he podido dormir debido a esa maldita cría. ''Dios''. Me siento como un degenerado de tan solo pensarla. Pero es que los movimientos que hacía al barrer en cuatro patas, verla chuparse los dedos hambrienta y esa pequeña boca sucia de mi chocolate.
No dejaba de observa la línea de su lengua, como la deslizaba como si estuviera...
No se quién diablos es. Pero lo que sé es que puso como nunca en mi 29 años de vida. Trato de cerrar los ojos pero no puedo al sentir como mi miembro gotea al recordar su desnudez, sus largas y kilométricas piernas. Su maldito culo que me dan ganas de...
Y su cara. Ese aniñado rostro, el asombro que tenía al notar que nunca estuvo sola. Porque sí, todo ese tiempo la acechaba. No sé qué se creía ella al desfilar en mi alcoba como si fuera de ella. <<Después ajustaré cuentas con ella>>. Este insomnio me tiene acalorado pero sus hechizantes ojos aún más. Nunca había visto una tonalidad así y no tengo idea de qué diablos me sucede que tengo la necesidad de volver a verlos. He conocido inmensidad de mujeres pero esa niña ninguna. Y esta sensación me molesta de alguna manera.
Soy dueño de Románov Pharmaceutical, una de los mejores creadores y proveedores de fármacos desde el siglo XIX, gracias a mis bisabuelos. Soy el presidente de la empresa mientras mi hermana es la vicepresidenta. El trabajo no es fácil, pero me gusta dedicar mis conocimientos a crear medicamentos de alto grado de efectividad. No pierdo mi tiempo inventando. Cada día me despierto para asistir a reuniones y sentarme en mi lujoso despacho, pero hoy no quiero ir. Quiero trabajar desde casa. Y creo cual es la razón. Maldita sea.
Me levanto y me dirijo hacia el baño y me someto a la fría agua que se desliza por mi melena castaña hasta mis pies y otra vez toco mi erección al recordar esa boca. No quiero hacerlo pero mi miembro me indica que sí. Y así sucede, tengo que masturbarme para bajar la calentura. Estoy inestable ¿qué me pasa? No soy un adolescente para hacer estas cosas, si quiero busco a una verdadera mujer para follar. Pero en vez de eso, me la froto pensando en esa niña. Ya me conocerá. Le haré la vida imposible por lo que hizo anoche y por tenerme así.
Me decido a bajar silenciosamente al despacho de Aleska para tomar lo que necesito, y cuando me acomodo leo lo que tanta curiosidad me causaba.
Emma James. Saboreo su nombre mientras voy leyendo su hoja de vida. Me doy cuenta que tiene a penas veinte años y es hija única. Y lo sorprendente es que su padre trabajaba aquí. Ahora que lo recuerdo sí. Rick James, el chófer de mi padre, había traído a una niña hace más de diez años a una fiesta para los empleados.
Sigo leyendo lo que me interesa, como la situación de su madre, quien tiene cáncer terminal. Además veo que la rebelde que tengo como empleada tiene un excelente historial académico.
Luego de tres horas haciendo fórmulas químicas y estudiar algunos compuestos ácidos notó que ya es hora de bajar a desayunar, decido ir a cerrar la ventana de mi habitación ya que el viento me dispersa algunos documentos y...
La veo.
Mi pecho inicia una intensa secuencia de bajar y subir rápidamente al verla. Esa dos trenzas largas y negras son el objeto de una escena morbosa. Sus rosados labios, su delicado caminar y ese uniforme que estoy loco por romper. Esa pequeña cintura que me llama a sostener y sus pezones erectos por el frío. La veo alejándose de la pequeña cabaña que creo que su hospedaje de horas libres. Todavía no entiendo como una mujer así es una mucama, ella que parece una muñeca de porcelana.
